Sentir el espíritu
El espíritu no crece en los árboles, pero se alimenta de nuestro entorno como el cuerpo se alimenta de la comida
El espíritu necesita ser alimentado con visiones bonitas, con palabras que llenen, o para quien sepa sentir el espíritu.
Sentir el espíritu es saber tener paciencia, comprensión, no juzgar nunca, aceptar las personas como son.
Sentir el espíritu es rodear con un abrazo a quien está solo o triste, sin decir nada, sólo sosteniendo el abrazo de soporte.
Sentir el espíritu es sentarse juntos cuando no hay necesidad de hablar, cuando es mejor callar, cuando más vale no preguntar.
Sentir el espíritu es notar unas manos que te ofrecen ánimo y fortalecen tu esperanza de vivir y de compañía
Sentir el espíritu es decir “te amo” sólo con la mirada.
Sentir el espíritu es fácil: Sólo hace falta que nos decidamos a bajar del pedestal del amor propio que con frecuencia nos rodea y nos ata.
¡Sentir el espíritu! ¿Quién no lo necesita?