El Icono robado
El Mare Nostrum, Mar Mediterráneo, el mar, malhumorado estaba esa mañana, de modo que el peligro de hundirse era inminente, y todos a los santos y a Dios se encomendaron, mas alguien,
de la isla de Creta oriundo, fue y rebuscó, y entre sus pertenencias el Icono sagrado del Perpetuo Socorro halló, con fe le rezó, para que los librara de una muerte segura.
Siendo María Madre, no podía dejar que sus hijos y el barco perecieran, y vino. Cesó la tempestad, el mercader se salvó,
y con él los demás, que también iban a Roma. Dicen que era robado el santo Icono, quién sabe, más bien él ha robado el corazón de los fieles.
El Mare Nostrum, Mar Mediterráneo, el mar, malhumorado estaba esa mañana, de modo que el peligro de hundirse era inminente, y todos a los santos y a Dios se encomendaron, mas alguien, de la isla de Creta oriundo, fue y rebuscó, y entre sus pertenencias el Icono sagrado del Perpetuo Socorro halló, con fe le rezó, para que los librara de una muerte segura. Siendo María Madre, no podía dejar que sus hijos y el barco perecieran, y vino. Cesó la tempestad, el mercader se salvó, y con él los demás, que también iban a Roma. Dicen que era robado el santo Icono, quién sabe, más bien él ha robado el corazón de los fieles. Juan Manuel del Río