Miguel-A. País de locos 174 seg. (Nino Bravo) “Eva y Adán”

Un día Eva estaba en el Jardín del Edén, comiendo manzanas, aburrida como un hongo, y le gritó a Dios: - ¡Diooooooosss!, tengo un problema. - ¿Qué problema tienes, Eva? -tronó enseguida la respuesta desde arriba. - Sé que me has creado, que me has dado este hermoso jardín, un bello cuerpo, toda la gracia, inteligencia, mucho amor, mucha ternura, un sexto sentido maravilloso, todos estos maravillosos animales, y esa serpiente, que cuenta unos chistes picantes... con la que me muero de risa... pero... no soy del todo feliz. Quiero satisfacer mis necesidades de otra manera más divertida.

- ¿Pero qué, Eva? Vamos, hija, ¿qué te sucede? -preguntó Dios. - Es que a pesar de todo esto, no soy feliz -lloró Eva desconsolada. - ¿Pero por qué, Eva? Si te he dado todo cuanto necesitas. - Me siento muy sola, Señor, y estoy harta de comer manzanas.

- ¿Cómo es eso, Eva. -replicó Dios-. Aquí tienes de todo - ¿Cómo es eso, Eva? -replicó Dios-. Aquí tienes de todo. ¿Pero de qué necesidades hablas?. ¿No te habrá hablado esa maldita serpiente de cuestiones de relaciones entre diferentes sexos?. - Bueno... yo... - ¡Ah!, sí. Ya te veo que ahora vas cubierta con una hoja de parra. - Bueno... sí... yo... me encuentro muy sola... y además ya estoy harta de comer manzanas solamente.

- Bien. Eva, en tal caso tengo una solución para tu situación -dijo Dios-. Crearé un hombre para ti. - ¿Y qué es un hombre? ¿Es un ser como yo, pero de diferente sexo?.

- Bueno -explicó Dios-, el hombre será una criatura muy original, casi tan inteligente como los demás animales que conoces, pero egoísta, inseguro, mentiroso, y desconsiderado. Pero te proveerá de mejores alimentos que simples manzanas, te hará compañía y dará satisfacción a tus deseos sexuales.

- A cambio -añadió Dios-, deberás tolerar sus cambios de carácter y su inmadurez. Y, como no será muy listo, requerirá de tus consejos para pensar apropiadamente. - ¡Eso suena genial! -dijo Eva sonriendo.

- Hay algo más que debes saber -añadió Dios. - De acuerdo... ¿qué más debo saber? -contestó Eva. - El hombre será muy arrogante y orgulloso. Por esta razón, se creerá más importante que tú. Hasta creerá que lo hice a él primero que a ti.

- Pero la serpiente te ha mentido - Pero la serpiente te ha mentido... por lo menos, no te ha dicho toda la verdad. No es todo tan maravilloso como ella te ha dicho -explicó Dios. - ¿Pero qué no es tan maravilloso? -preguntó Eva. - ¡Bueno... eso ya lo verás!.