Lección 10 para el 5 de marzo de 2011

El Kudzu es una planta originaria de China y Japón. Se encuentra entre las 100 especies invasoras más activas del mundo. La semilla del kudzu es pequeña, pero debemos tener cuidado al plantarla. Existe un dicho: “Si plantas kudzu, sólo tendrás kudzu”. Se extiende rápidamente y cubre toda la vegetación que le rodea, ahogándola. Su raíz puede llegar a tener el tamaño de un ser humano. Una vez que ha invadido un lugar, es muy difícil desarraigarla.

Los celos son el kudzu de las emociones humanas. Nacen como una pequeña semilla que, una vez arraigada en el corazón, contamina todos nuestros pensamientos y acciones, ahogando el gozo, la paz, el amor, la paciencia, … Cuando los celos te han invadido, llegas a hacer cosas que jamás hubieras imaginado. Al contrario que el kudzu, usado en la medicina tradicional china, los celos no tienen ningún aspecto benéfico para el ser humano. ¿Qué nos dice la Biblia sobre aquellos que permitieron que los celos arraigasen en sus vidas?

Semilla: Tuvo envidia cuando Jesús fue consultado sobre la creación del hombre y él no. Desarrollo: Extendió sus raíces entre los ángeles criticando a Dios y fomentando cada vez más su deseo de ser como el Altísimo. Resultados: El cielo quedó parcialmente contaminado, y la tierra fue completamente invadida por el mal. Cuando no cuentan contigo y crees que deberían haberlo hecho, ¿cuál es tu reacción? No dejes que se arraiguen en ti los celos. Isaías 14:12-14

Semilla: “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores” (Génesis 37: 3) Desarrollo: “Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente” (Génesis 37: 4) Resultados: Decidieron matar a su hermano, pero finalmente lo sometieron a un final peor que la muerte, la esclavitud. Sus celos fueron tan fuertes que sobrepasaron, no solo el sentido común, sino también la decencia y la moralidad. Cuando sientas envidia de otros por causas triviales, piensa en el daño que puedes llegar a causar tanto a los demás como a ti mismo.

Semilla: Una simple canción despertó en Saúl los celos contra David. “Saúl hirió a sus miles y David a sus DIEZ miles” (1 Samuel 18:7) Desarrollo: Intentó matar a David a través de los filisteos. Luego lo intentó él mismo y llegó a perseguirlo con todo su ejército. No podía soportar que David tuviese las mismas bendiciones que él había tenido y había perdido. Resultados: Su vida quedó destrozada. Perdió toda confianza en sí mismo, mató a los sacerdotes de Dios y llegó a postrarse delante de los demonios. ¿Cuál es tu actitud hacia alguien que consideras que es una amenaza a tu cargo? Cuán importante es que, por la gracia de Dios, busquemos morir al yo cuando esta emoción repulsiva surja en nuestros corazones.

“Cuántos son tan débiles como el agua y por lo tanto deben contar con una fuente inagotable de fortaleza. El Cielo está listo para impartirnos lo que necesitamos, de manera que seamos poderosos en Dios, y alcancemos la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. ¿Cuánto habéis aumentado en poder espiritual, durante el año pasado? ¿Quiénes entre nosotros hemos obtenido una victoria preciosa tras otra, al punto que la envidia, el orgullo, la malicia, los celos y el egoísmo hayan sido barridos, y únicamente permanezcan las gracias del Espíritu, a saber, humildad, tolerancia, bondad y caridad? Dios nos ayudará si nos aferramos de la ayuda provista” Elena G. de White, Review & Herald, 9 de enero de 1900

Semilla: La multitud escuchaba más a un joven sin estudios que a ellos. Desarrollo: Buscaban cualquier ocasión para desacreditarlo intentando hacerle caer en contradicciones. Se auto convencieron de ser los guardianes de la verdadera fe. Resultados: Sus ojos se enceguecieron y no pudieron discernir la VERDAD. Para preservar su poder e influencia, decidieron dar muerte a Jesús. De esta manera, estos líderes sellaron su destino eterno. Los celos pueden llegar a nublar tu capacidad de discernir la VERDAD. Solamente a través de una entrega total con humildad y fe en Dios podrás evitar la ruina eterna.

Elena G. de White, Alza tus ojos, 27 de junio