“Treta confesional” Miguel-A.
¡Padre, he pecado! He tenido relaciones sexuales con una chica de mi edad y de mi barrio. ¿Eres tú? ¿Jaimito? ¿No?.
Sí, padre. ¡Soy yo!. Y, dime, ¿con quién ha sido?.
No, padre, ¡se dice el pecado pero no el pecador!. Mira, Jaimito, tarde o temprano me voy a enterar. Así que más vale que me lo digas. ¿Es Teresa García?.
Padre, ¡mis labios están sellados!. Entonces... ¿podría ser Patricia Rodríguez?.
Padre, ¡por mí jamás lo sabrá!. ¿Es, acaso, María González?.
Lo siento. ¡Yo no diré nada!. ¿Es Maribel Sánchez, acaso?.
Padre, no insista. ¡No se lo voy a decir!. ¿Se trata de Karina Otero, quizás?.
¡Padre, este interrogatorio no tiene sentido!. Eres un cabeza dura, Jaimito. Y en el fondo de mi corazón, admiro tu reserva. Pero has pecado, y debes tener tu castigo: En penitencia reza veinte “Padre Nuestros”, y diez “Ave Marías”. ¡Ve con Dios, hijo! ¡Y, en adelante, no peques más!.
¿Y resultó?. ¡Sí! ¡Me ha dado nombre y apellido de cinco chavalas que follan...!. Jaimito, sale de la iglesia. Inmediatamente, su amigo Pascualito corre hacia él, y le pregunta: