La indeferencia no hace la diferencia. La prepotencia, tampoco. Eso ya abunda. Elijo ser diferente. Elijo ser yo, mirar a los otros. (Taller de creación literaria segundo de secundaria)

Para que pueda ser He de ser otro Salir de mí Buscarme entre los otros Los otros que no son Si yo no existo Los otro que me dan Plena existencia Octavio Paz

Hicimos este trabajo por la injusticia diaria que alguna gente comete contra los entre comillas «discapacitados», los que silenciosamente nos intentan mostrar un mundo diferente, tal vez más sincero, los que son diferentes para este mundo según los verdaderos diferentes (o indiferentes). Hicimos esto para demostrar a esas personas que marginan a las personas con habilidades especiales o diferencias mentales, que ellos son los peores discapacitados, tienen el corazón chueco (Nico, segundo de secundaria)

Él nació azul, oliendo a tierra mojada, a tierra recién llovida. Él era las campanas del templo de San Blas o las del carro que llevaba su basura. Ellos fueron rojos pero no los reconocimos. Si tomas en serio el olor de las almendras los has de oir cantar. Al menos una (Ali Israel) Olía como el limón, de verde se vestía y cada vez que en él se sumergía, el sonido del agua de la verdad oía. (Gabo)

De negro es nadie lo ve, como perro mojado es ignorado, descontrolado va a aullar, a todos asusta pero sólo está llorando. (Aron) Ella olía a césped mojado por la mañana cuando de sus labios una sonrisa brotaba, a fantasía de metal sonaba cuando carcajadas soltaba. Su mirada era amarilla cuando por el campo verde pasaba. Y al pasto reverdecía cuando este de falta de agua se secaba. (Luciana)

Risa nació, risa se crió, color verde sus pensamientos son. Olor a fresas definitivas es él. (Adriana y Araceli) Un color cielo tomaba, con sus pensamientos puros… Mas el trato que recibía poco a poco lo corrompía. (Hail) A caramelo siempre olía. De negro se vestía. Y cada día, en las mañanas, mi canción favorita me cantaba. (Simone) Como a una persona “normal” lo tomaron pero al salirle espinas lo despreciaron. Percibía el olor a rosas (en realidad, conversaba con ellas). Junto a su sonrisa, sólo el cielo azul lo entendió. (Zenaida y Brigitte) Aquel hombre oía y veía un dulce cantar y color mora al pasar. Aquel hombre oía de verdad. (Orestes y Daniel (Charcha))