El turismo es una actividad generalmente asociada al descanso, a la diversión, al deporte y al acceso a la cultura y a la naturaleza, debe concebirse y practicarse como un medio privilegiado de desarrollo individual y colectivo. Para hacer un turismo responsable podemos seguir una serie de pautas para no alterar el medio ambiente y poder disfrutar de el de una forma saludable para nosotros y para la naturaleza. Con estas pautas lo que queremos conseguir es que el medio ambiente no salga perjudicado al ser visitado.
¿Qué es el Ecoturismo? El término ecoturismo empezó a usarse hace alrededor de veinte años, pero sólo en años recientes empieza a representar una opción viable de conservación del patrimonio natural y cultural de los pueblos. Consiste en viajar por áreas naturales sin perturbarlas, con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar tanto sus atractivos naturales (paisajes, flora y fauna silvestres), como las manifestaciones culturales que allí puedan encontrarse.
PAUTAS A SEGUIR PARA UN TURISMO RESPONSABLE 1. Los turistas deberían informarse sobre la cultura, la historia y los valores naturales para no hacer perjuicios sobre estos 2. Si al viajar, elegimos un establecimiento turístico que haya adoptado medidas para reducir el impacto en el paisaje y en el medio ambiente podremos contribuir a desarrollar este tipo de iniciativas. 3. Elige recorridos a pie, en bicicleta, o caballo para tus rutas turísticas y no las de quad, motocross o 4×4. 4. Fomenta el ahorro de agua en tus viajes. 5. Es necesario generar menos basura en tus viajes.
6. Si Consumes productos naturales de la zona contribuyes a la supervivencia de un auténtico turismo. 7. No fomentemos la urbanización en suelo rústico. El turismo rural permite la estabilización de las poblaciones rurales, la recuperación de productos artesanales y agrarios, el mantenimiento de valores históricos y artísticos, y la conservación de la naturaleza. 8. Cuando compremos productos, escojamos los de artesanía local. No hemos de comprar plantas ni animales, ni vivos, ni muertos; si lo hacemos, contribuimos a su extinción.
El dinero que se extrae de todas esas actividades se puede consagrar, en parte, al mantenimiento, a la limpieza y al florecimiento de la naturaleza, de las ciudades y de las casas, y construcciones comunitarias de nuestros habitantes del campo, sin lo cual el turista no se siente atraído a realizar su visita y, mucho menos, a repetir su estancia.
Autora: Laura Viscarolasaga