LA LIBERACIÓN DE BABILONIA Y RESTAURACIÓN DE LA COMUNIDAD JUDÍA

La situación política en el S. VI Los judíos en el exilio fueron escalando posiciones en la sociedad babilónica. Aunque eran cautivos, se les había permitido conservar su culto, construir casas, vivir en un mismo pueblo y dedicarse a actividades productivas como la agricultura y el comercio.

Con el tiempo, Babilonia fue perdiendo fuerza militar y se fortalecieron otros pueblos, como los persas y medos. El desgaste del imperio babilónico era cada vez mayor y hubo inconformidades y disturbios, además para ese tiempo ya había perdido provincias importantes como la alta Mesopotamia y la provincia de Elam.

La situación de los judíos Por su parte, los judíos empezaron a tener esperanzas, las profecías del Deuteroisaías así lo indican, pues animan al pueblo a regresar a Sión y restablecer el culto a Yahvé.

Las conquistas de Ciro Ciro, el rey persa que fundó el nuevo imperio, derrotó a los babilonios y anexó grandes territorios a su gobierno, incluyendo Palestina. Esto llevó nuevas esperanzas a los judíos en el exilio.

La política de Ciro El emperador persa fue muy tolerante con las religiones de los pueblos conquistados, les permitió seguir con sus cultos, con tal de que pagaran los tributos y obedecieran a la nueva burocracia gubernamental, que era una verdadera opresión para los conquistados.

Ciro y los judíos En el primer año de su gobierno en Babilonia, Ciro decretó la restauración del pueblo judío en Palestina y la reconstrucción de su templo. Es por eso que Ciro es considerado como un verdadero héroe para los judíos. La comunidad judía era marginal por su pequeñez en el gran imperio persa, por eso sorprende la atención que Ciro le dio, hasta incluir un decreto imperial.

Los judíos se habían acomodado, incluso como oficiales gubernamentales en el imperio babilónico, por eso es posible que también algunos judíos estuvieran en la corte de Ciro e influyeran para que diera tan importante decreto. Por tanto, el regreso a Palestina fue oficial no sólo de parte de los judíos, sino también de parte del gobierno en turno.

El regreso a la tierra, la primera oleada Un primer grupo estuvo dispuesto a emprender el viaje y empezar la restauración del templo, pero era una tarea muy incierta, pues ellos no conocían Palestina y llegarían a desplazar a los habitantes no yahvistas en una tierra que ya poseían. Además del financiamiento oficial, los judíos que prefirieron quedarse en Babilonia cooperaron para que se emprendiera el viaje.

Encomendaron la tarea a Sesbasar, príncipe de Judá, probablemente descendiente de algún antiguo gobernante judío. No sabemos el número de quienes hicieron el primer viaje, pero no debieron haber sido muchos, pues Palestina era una tierra lejana y desconocida, además ellos serían verdaderos extranjeros advenedizos con más derechos, por decreto imperial, que los ahora habitantes de esas tierras.

Lo que dice la Historia No se sabe qué sucedió con este primer grupo. El cronista confunde o empalma su trabajo de restauración con Zorobabel. Tampoco se conoce la posición oficial de Sesbasar, no sabemos si fue gobernante independiente, si era delegado del gobierno de Samaria, que era parte del imperio, o si dependía directamente de los persas.

El nuevo templo En el antiguo y ruinoso templo de Salomón siguió habiendo culto, pero no se puede saber si a Yahvé o a alguna deidad extraña. Lo más probable es que encontraron ruinas y empezó la restauración.

La resistencia autóctona La restauración fue por decreto imperial, por eso quienes llegaron a restablecer la comunidad judía y el culto a Yahvé eran vistos como colaboradores del conquistador. Además, en Samaria aún había culto a Yahvé, lo que provocó un choque entre los restauradores de Judá y los samaritanos, que nunca terminó.

El significado del templo Los restauradores tuvieron que integrar a los habitantes de Jerusalén y sus alrededores como miembros de la comunidad judía, para poder hacer del judaísmo un pueblo en toda forma. Los restauradores estaban concientes de que el templo y las tradiciones antiguas le daría identidad judía y cohesión a este nuevo pueblo. Para algunos integrantes de este pueblo, el yahvismo era una religión extraña, que ahora tenían que aceptar.

La relación con el imperio El imperio persa se fortalecía y los sucesores de Ciro oprimieron a los pueblos conquistados, incluyendo a los judíos. Por eso la restauración del culto a Yahvé y de la comunidad judía tuvo muchas dificultades y resistencias.

La labor de los profetas De nuevo los profetas tuvieron que alentar la fe de Israel, pues la situación era difícil, muy distante de lo que predicaba el Deuteroisaías: un reino fuerte donde gobierna Yahvé, un nuevo Israel del que toman ejemplo las naciones y que tiene poder en un territorio amplio, desde el amanecer hasta el ocaso (Is 56, 1-8; cap 60).

Aunado a la situación difícil, el imperio ordenó una repatriación masiva de judíos, de Babilonia a Palestina, que vino a empeorar la situación. Los profetas tuvieron que seguir alentando al pueblo para que terminara el templo.

La terminación del templo Con muchas dificultades, y gracias a los cambios en los gobernantes, 22 años después de haber empezado, el templo estaba terminado y el culto a Yahvé podía continuar, para dar identidad y unidad al pueblo judío, aunque en Samaria ya hubiera culto al mismo Dios.

Nuevos cambios en la política Luego de varios trastornos sufridos por los sucesores de Ciro, llegó al trono imperial Darío I, pero a costa de asesinatos, luchas internas y rebeliones de provincias. La situación se volvió grave para los judíos, quienes eran de nuevo un pueblo pequeño, marginal, sin ejército y que rendía tributo al gobierno en turno.

Ageo y Zacarías renuevan la esperanza mesiánica La situación era difícil, había templo, pero no libertad política ni desarrollo económico. Los profetas Ageo y Zacarías alentaron al pueblo con esperanzas de una nueva e inminente realidad política. Yahvé deseaba un pueblo próspero y no faltaría a la promesa hecha a David y su descendencia, por eso los judíos debían luchar por la restauración del culto. Aquí me quedé el 20 de nov. 2009

Zacarías condenó el sincretismo en que habían caído los judíos y con esta circunstancia justificó la mala situación. Pero afirmaba que una vez que se restableciera el verdadero culto a Yahvé, todo cambiaría. Según Zacarías, el cambio sólo había sido aplazado, pero muy pronto Yahvé volvería triunfante a su casa de Jerusalén a redimir a su pueblo.

Los resultados A pesar de la restauración del templo y del culto a Yahvé, la prosperidad no llegó. Los judíos siguieron siendo un pueblo pequeño, conquistado y subdesarrollado. Era gobernado a través de Samaria y sólo tenía como consuelo el culto a Yahvé con el sumo sacerdote a la cabeza. Había que esperar las reformas de Nehemías y de Esdras.