MODO DE HACER LOS EJERCICIOS
1 Elige un sitio tranquilo: la capilla, el jardín o tu habitación. Permanece en él todo el tiempo que dura el ejercicio.
2 Comienza buscando una postura cómoda. Relájate. Respira lentamente varias veces, sin prisas, hasta que sientas que estás sereno y concentrado.
3 Cae en la cuenta de lo que vas a hacer. Reaviva la fe e invoca al Espíritu para que te ayude a conocer, saborear y encarnar la Palabra de Dios. Pide a María que te dé una actitud de profunda escucha para poder oír con el corazón.
4 Lee el texto que se propone en la ficha y procura captar su sentido global. Una vez leído, vuelve al principio tratando de entrar en lo que el texto proclama. No olvides que no se trata de una mera enseñanza sino de un acontecimiento: Dios, a través de su Espíritu, te está hablando. Detente en las palabras o frases que más te muevan. Saborea. Subraya. Escribe resonancias bíblicas en la misma ficha o en tu cuaderno. Ora. Canta.
5 Al terminar la hora, da gracias a Dios por su visitación. Escribe en la ficha o en tu cuaderno lo que ha sucedido durante el ejercicio en orden al discernimiento del paso de Dios por tu vida.