La desbocada luz del alba pone de manifiesto toda la belleza del mundo. Las excepciones, como tú, se incluyen por elevación a la hora formal de la comida. La explicación está en la noche, cuando una luna llena de luz reverencial descubre la belleza de tu cuerpo. Porque me gusta la mañana, me pongo en pie y admiro. Porque me gustas tú, soy gato que trasnocha y no duerme. Porque sirvo a dos amos que me quitan el sueño, necesito la hora de la siesta Cuando ésta ocurre, todas las bellezas se encuentran dulcemente agostadas. Menos la tuya, que es un brote rebelde...
Del Libro “Amores Colaterales”