Recursos Escuela Sabática
“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan” Hebreos 9:28
Reconocer que la promesa de la Segunda Venida se cumplirá. Sentir personalmente la realidad de ese retorno. Contarle a otros acerca de su pronto regreso y hacer todo lo posible para estar preparado.
El regreso de Jesús es el evento más glorioso, más amado y más esperado por todos los fieles creyentes en la Palabra de Dios y también el más preocupante, el más evitado y el más terrible acontecimiento para los incrédulos e infieles que tienen en mente una imagen temible del retorno de Cristo.
De todos los rituales del antiguo santuario en Israel, la ocasión más solemne era el Día de la Expiación. Era considerado un día de juicio. El pueblo aguardaba con la respiración contenida la aparición del sumo sacerdote en el atrio exterior del Tabernáculo. Tal aparición aseguraba que la obra de intercesión había sido exitosa y que el pecado había sido eliminado de en medio del pueblo y la vida de cada uno.
La actitud del pueblo mientras espera-ba era de profunda reflexión y sincera confesión de pecado. Sabemos que Jesús está ahora en el Santuario Ce-lestial llevando a cabo el Juicio Inves-tigador y una ves concluida esta obra, saldrá a encontrarse con su pueblo. ¿Cuál debiera ser la actitud de los que esperan la aparición de Jesús en su Segunda Venida, siendo que esa aparición tendrá lugar inmediata-mente después de retirarse del Lugar Santísimo?
¿Qué sentimientos surgen en nuestro corazón cuando escuchamos que Jesús vuelve? ¿Gozo o temor? ¿Por qué? ¿Cómo comprendemos la declara-ción de Jesús en Lucas 12:40: “Estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”?
El Diluvio fue el mayor evento que revela cómo ejecuta Dios sus juicios sobre los pecadores impenitentes y como salva a los que creen en su Palabra. Hay un gran paralelismo entre el Diluvio y la Segunda Venida. ¿Qué semejanzas y diferencias podemos distinguir entre estos dos eventos en la actitud de Dios y en la de las personas?
Muchos aguardan el regreso de Jesús con una sensación agobiante de temor y miedo. ¿Por qué no debemos temer el retorno de Jesús?
La Biblia enumera varias razones para no tener temor: No existirá el peligro de que se cometan errores en el Tribunal divino, porque la separación entre salvados y perdidos será hecha por el propio Jesús (Mateo 25:31-33, 41).
Todo justo será recompensado y todo impío será eliminado (2 Tesalonicenses 1:6-9). Se nos garantiza seguridad total a los que confían en Jesús porque Él es el Sumo Sacerdote por excelencia (Hebreos 12:25-29) Un remanente será hallado fiel. ¿Cómo debiera vivir aquél que anhela formar parte de este grupo?
El regreso de Jesús debe ser motivo de gozo para los cre-yentes fieles, porque Jesús no sólo es Rey, sino que desea ser también Amigo. No debe haber motivo para los hombros caí-dos, la cabeza gacha o algo parecido. La esperanza, el gozo y una gran expectativa debe acompañar la vida de los que esperan en Él.
¿En qué clase de promesas o palabras debemos basarnos para andar en plena alegría o seguridad con respecto al regreso de Jesús? Jesús mismo pidió que no anduviéramos con el corazón turbado o triste (Juan 14:1-3)
Dos ángeles afirmaron enfá-ticamente que Jesús volve-ría del mimo modo como había subido al Cielo (Hechos 1:11) Pablo afirma que el retorno de Cristo traerá un cambio magnífico: perderemos el cuerpo de humillación y recibiremos un cuerpo glorificado (Filipenses 3:20, 21).
Los muertos en Cristo resu-citarán y los justos vivos serán arrebatados (1 Tesalonicenses 4:13-18) Juan vio en visión que la vic-toria de los fieles es cierta: “Una gran multitud… con vestiduras blancas (símbolo de pureza) y palmas en sus manos (símbolo de recom-pensa)” (Apocalipsis 7:9, 10, 13-17)
¿Qué cambios sentimos que tenemos que hacer hoy mismo en nuestra vida para estar de pie gozosos el día del regreso de Jesús?
Un padre le prometió a su hijito al salir de viaje que volvería, y como garantía, le dijo al niño: “¿Ves aquél árbol en el jardín? Cuando sus hojas estén amari-llas y caídas en el suelo, yo volveré”. Los meses pasaban y la ansiedad de aquél niño era cada vez mayor. Todos los días iba hasta el jardín a mirar las hojas del árbol, y volvía a la casa chasqueado.
Un día, una tremenda tormenta azotó la ciudad y cuando cesó, el niño salió corriendo para ver las hojas de los árboles y, para su sorpresa, estaban todas amarillas y caídas en el suelo. Corriendo y casi sin aliento, entró en la casa diciéndole a su madre: “Papá llega hoy… Papá llega hoy…” De hecho, en ese mismo día, el padre llegó.
Esta historia nos recuerda algunos indicios importantes que Jesús dejó en Mateo 24 acerca de los eventos que ocurrirían antes de su venida. ¿Cuáles son los más significativos para nosotros? Conflictos y odio dentro de la iglesia (Mateo 24:9-13)
La predicación del Evangelio a todo el mundo (Mateo 24:14); Fenómenos espectaculares en el mundo físico (versículo 29); Decadencia moral, el amor se enfriará (versículo 13); Terremotos, guerras, hambre y miseria generalizada (versículos 6-8).
Teniendo en cuenta que estos eventos son tan reales en nuestros días, ¿por qué tantas personas son tan indiferentes o descuidadas en su preparación personal para el regreso de Jesús y no asumen la responsabilidad de anunciar el Evangelio?
Conocemos el terrible chasco que experimentaron los milleritas que no vieron a Jesús regresar el 22 de octubre de 1844. Ya pasaron 164 años y todavía estamos en este mundo. ¿Será que Jesús realmente volverá? ¿Cómo asegurarnos de que esta promesa es real?
No importa el cuándo del evento, no debemos confiar en la lógica. Debemos tener en cuenta quién hizo la promesa: el propio Jesús. La honradez y la credibilidad de Jesús resiste la prueba del paso de los siglos.
La promesa de su primera ve-nida fue hecha en el Edén (Génesis 3:15), y el mundo tuvo que esperar miles de años para su cumplimiento. Pero cuando el reloj de Dios dio la hora exacta divinamente prescripta, Él nació. Así ocurrirá con la Segunda Venida de Cristo.
La Venida de Jesús es real: Jesús mismo nos lo aseguró, los ángeles lo confirma-ron y el apóstol Juan escribió, cerca del 100 d.C.: “vendrá en las nubes de los cielos y todo ojo le verá” (Apocalipsis 1:7). Los occidentales sentimos gran ansiedad con respecto al tiempo. Nuestra expec-tativa de precisión temporal afecta nuestro pensamiento acerca de este evento.
Los orientales, que toman en cuenta el contexto bíblico, piensan diferente: el elemento más importante de un evento es su certeza, el tiempo es secundario. Debemos evitar el peligro de descuidar –nos y acostumbrarnos demasiado a la importancia de este magno evento. La promesa de Jesús es cierta. El Señor dejó muchas señales de las que estamos viendo su cumplimiento. Sabemos que su venida está cerca.
Por medio del ministerio de Cristo, aprendemos cómo acceder al poder divi-no para desarrollar una vida que sea un testimonio poderoso de la verdad. Nues-tras relaciones son una oportunidad de ser mediadores al igual que Jesús. Que el Señor Jesús ilumine nuestros pasos para que podamos presentar al “Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” a todas la gente, a fin de que Él vuelva muy pronto por segunda vez. ¡Amén!
Dpto. MiPES (Unión Sur del Brasil) Coordinación: Ana Tostes Recursos Escuela Sabática Créditos DISEÑO ORIGINAL Dpto. MiPES (Unión Sur del Brasil) Coordinación: Ana Tostes ADAPTACIÓN GRAFICOS & TEXTOS al Español Rolando D. Chuquimia Para recibir las próximas lecciones inscríbase enviando un mail a: rdchuquimia@ciudad.com.ar Asunto: Lecciones en Powerpoint RECURSOS ESCUELA SABATICA Recursos gratuitos para la Escuela Sabática Inscríbase en http://ar.groups.yahoo.com/group/Comentarios_EscuelaSabatica http://groups.google.com.ar/group/escuela-sabatica?hl=es http://groups.google.com.ar/group/escuela-sabatica-ppt?hl=es
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