“Amistades peligrosas” Miguel-A. País de locos
Debido al séptimo arte, la bofetada más famosa de la historia es la propinada por Rita Haywooth a Glenn Ford en la película cinematográfica “Gilda”, dirigida por Charles Vidor en 1946.
En la parada del autobús, esperaba impacientemente, una bella joven, vestida con una estrecha minifalda.
Un nutrido grupo espera en apretada fila, para subir al vehículo. Le llega el turno de subir a una bella joven minifaldera. La joven se percata de que el escalón de acceso al autobús es demasiado alto, y faldita le impide la maniobra de subida. Sonrojada, se lleva las manos atrás, buscando la cremallera. La localiza, la baja un poco, y se dispone de nuevo a subir. ¡Nada!.
Todavía la falda le impide levantar la pierna lo suficiente para alcanzar el escalón. Mira avergonzada al chofer, sonríe tímidamente y, de nuevo, se lleva las manos atrás y baja un poco más la cremallera. ¡Nada tampoco!.
Aún la faldita le impide levantar la pierna para subir. La gente que espera en fila comienza a incomodarse y a protestar. Un joven musculoso, que esperaba su turno detrás de ella, toma a la muchacha súbita y ágilmente por la cintura, y la sube al autobús cual si fuera una pluma.
La muchacha, furiosa, se vuelve hacia el desconocido, y, después de propinarle una sonora bofetada, le reprocha: - ¿Cómo se atreve a tocarme? ¡Descarado! No le conozco, y ni siquiera sé quién es usted... ¡Fresco!.
Y el joven, encogiéndose de hombros, le responde: - Bueno, señorita, pensé que, después de haber tratado de abrirme la bragueta dos veces seguidas... ya éramos amigos, ¿no?.