Malecón de La Paz, Baja California = INTRODUCCION = La ciencia ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años. Hoy conocemos las vacunas, las inyecciones, los sueros, los antibióticos y las transfusiones sanguíneas, pero lo más admirable de todo son los trasplantes de órganos, los cuales han salvado ya miles de vidas constituyendo un gran triunfo de la medicina moderna. ¡Qué bueno que así sea! Malecón de La Paz, Baja California

ceder una parte de mi cuerpo para un trasplante Pues tomando esto en cuenta yo quisiera ser un donador de algo, si se me requiriera. O también, de ser posible, desearía ceder una parte de mi cuerpo para un trasplante a alguien que estuviera necesitándolo. Deseo transmitir algo de lo que tengo si puede servir a otros seres humanos; pero me temo que por motivos de mi edad (¡siempre van saliendo con eso!) no puedo ofrecerles ni siquiera una transfusión sanguínea, y lo único que puedo donarles en este momento es….

Una Transfusión de Optimismo ¿La aceptarían? (Es una forma de pasarles algo de mí mismo, en caso de que les sirva y lo deseen, ya que a mí me ha dado buen resultado) Textos y mayoría de las fotos por Francisco Arámburo Salas Música: Tema de Lara del film El Doctor Shivago

Yo quisiera entusiasmarlos... Debo agradecerle a Dios no sólo el don de la Vida, sino el regalo de una vida plena y feliz... quizá porque no he exigido ni buscado otra. Yo quisiera entusiasmarlos... y aspiro a un deseo que ojalá compartamos: hacer más agradable la vida de los que nos rodean. Aligerarles la carga, las penas, y que con nuestra presencia les demos optimismo y alegría, ¿podré?

Y para hacer esto, no encuentro algo mejor que preparar y enviar a todos mis amigos esta presentación que pretende llevarles un mensaje positivo de buena voluntad, optimismo, energía y esperanza. Tómenlo como una inyección de vitalidad, como una transfusión de entusiasmo, o de plano como un simbólico trasplante espiritual, si les parece bien. Permítanme mostrar un ejemplo...

Miren, tengo una perrita chihuahueña llamada Dolly que generalmente se pasa la vida en el patio trasero de la casa, pero que de vez en cuando la dejo salir a la calle, ¡y deberían de ver cómo reacciona ante este ansiado premio! Sale corriendo y brincando de gusto, ladra a diestra y siniestra a todo lo que se mueve, sean automóviles, peatones u otros perros. Huele cuidadosamente todo. Si los perros pudieran gritar, ella gritaría de entusiasmo. ¡¡Ajúa, guau!! Su dicha no tiene límites. Corre de aquí para allá saltando de alegría. Mueve la cola, escarba el césped, avanza y retrocede, va en zig-zag y goza plenamente del momento. Me mira de reojo. Finalmente escucha de mala gana y a regañadientes la orden de que regrese a casa... y obedece.

¿Por qué no probamos algún día? Estoy convencido que de alguna forma parecida deberíamos reaccionar también los humanos. Al expresar la dicha, nuestro cuerpo y nuestra mente se llenarían de gozo, de salud y de vigor. ¿Por qué no probamos algún día? Podríamos empezar por darnos cuenta de las maravillas de que estamos rodeados.

Vivimos en un mundo sonoro. No creo que haya alguien que no se sienta atraído por los sonidos de la naturaleza. Yo no puedo escuchar los trinos de un pájaro o el suave murmullo de las olas que lamen golosamente la arena sin percatarme de la sonora magia de su presencia. Es imposible no prestarles atención.

¿No les sucede a ustedes? Ciertamente hay algo mágico en los sonidos, sobre todo en la música, pues al escuchar los compases de un vals no podemos evitar mover la cabeza, y aun todo el cuerpo al ritmo de su armonioso vaivén. ¿No les sucede a ustedes? ¡Pues no se resistan, déjense llevar por el ritmo... y pónganse a bailar!

Más corazones se ablandan con la alegría que con la tristeza. ¡Ah, la Alegría de Vivir! La juventud se recobra con la alegría, y la vejez la necesita como un bálsamo mágico y bienhechor. Más corazones se ablandan con la alegría que con la tristeza. Bahía de Balandra en La Paz, Baja California

La alegría es la salud del alma Y hasta una falsa alegría suele ser preferible a una verdadera tristeza, pues una auténtica alegría nace de una buena conciencia. Es tan necesaria la alegría como lo es el sol a las plantas. El espíritu se marchita en la tristeza.

La alegría es como el mar: debe su frescura a la renovación y al constante movimiento de sus aguas. ¡Sumérgete en ellas! Hay que recordar que uno solo puede sobrellevar la tristeza, pero la alegría se debe compartir con los demás.

Cultivemos siempre el Optimismo. Y no olvidemos que la vida es un regalo que a su vez nos produce muchos otros regalos, como la satisfacción, la alegría y el agradecimiento de estar vivos. Sientan como el amor les sale al paso y perciban la caricia de la vida como una fresca brisa en el rostro. Llega como una aurora resplandeciente para iluminar nuestra tarde gris.

Rían más y quéjense menos Apliquen siempre esta fórmula: Rían más y quéjense menos En las obscuridades de la vida enciendan antorchas de esperanza y nunca las apaguen. Y he aquí una buena observación: cuando a mí no me gusta algo de la vida procuro interesarme en las causas del disgusto. Investigo y no tardo en darme cuenta que todo se disipa como la niebla al descubrir que no hay nada sólido en sus sombras.

También hay belleza en diversos lugares tales como... Hay maravillas en el cielo, en el bosque, en los riachuelos que saltan entre las piedras y brindan esas pequeñas grandes sorpresas a las almas sensitivas. También hay belleza en diversos lugares tales como... En un inquieto colibrí En las radiantes nubes En el fondo del mar En las humildes flores silvestres En la algarabía de las gaviotas en la orilla de la playa

A ver abuelo, dime...¿por qué es así? Gocen con los NIÑOS. Mediten en las difíciles, extraordinarias preguntas que inocentemente hace un nieto pidiendo saber verdades que ni siquiera un adulto conoce. ¡Qué terrible momento! ¿Cómo se puede contestar a una duda planteada por un niño si tú mismo lo ignoras? ¡Ni siquiera los grandes filósofos a través de los siglos han podido hacerlo! A ver abuelo, dime...¿por qué es así?

Ellos constituyen el más grande tesoro que pueda uno aspirar De manera que disfruten plenamente del amor de sus nietos, si tienen la bendición de tenerlos. Gocen de su compañía, de su cariño, de sus gracias... y de sus desconcertantes preguntas. Ellos constituyen el más grande tesoro que pueda uno aspirar a tener y disfrutar en esta vida.

Los temblores, las tormentas y los incendios agrietan los muros y derrumban las construcciones, es cierto... Pero siempre quedan ladrillos dispersos, y quizá algún muro en pie ¡para empezar todo de nuevo!

¡Que sus paredes no se derrumben! Si tropiezan, incorpórense de nuevo Levanten ese ánimo Eleven su autoestima Liberen su espíritu Que no decaiga su moral Sueñen, hagan planes... y ¡actúen!

para que el peso quede compensado. Cuando todos los pasajeros se recarguen a babor en el barco y éste se incline peligrosamente, divídanse y cámbiense rápidamente a estribor para que el peso quede compensado. ¡Pero no naufraguen! Hay que recordar que en la vida todo es cuestión de buscar el equilibrio y la armonía con los demás.

¡No lo permitas! ¡Que la tristeza no invada tu alma! Y escucha este mensaje dirigido personalmente a tí: ¡Que la tristeza no invada tu alma! ¡No lo permitas! Más bien mira a tu alrededor, admira el milagro de la creación y pregúntate en silencio: ¿Por qué se me concede todo esto a mí? ¿Quién soy yo para recibirlo? Y permanece así en silencio por un buen rato. Puedes estar seguro que siempre hay Alguien allá arriba que escucha tus preguntas. Islas en el Golfo de California

¡Y naveguen con viento favorable siempre hacia nuevos horizontes! Y por último, mediten todos acerca del hecho que la felicidad no existe en forma permanente, pues sólo hay momentos felices. ¡Y naveguen con viento favorable siempre hacia nuevos horizontes! Por lo tanto, disfruten de la alegría de vivir cada día, cada minuto, cada instante de su existencia.

F I N Y creo que es todo. ¿Qué más les puedo decir en este fabuloso atardecer frente al mar, cuando sobran las palabras? F I N Una producción de Francisco Arámburo Salas faramburo@prodigy.net.mx