Ha aparecido la gracia... la aparición gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo( Tit 2, 11-13).
Dios se hizo hombre en Jesús de Nazaret y los que estuvieron cerca pudieron verle, tocarle, oirle. No había nada por fuera que demostrara que era Dios. Hacía falta la fe para creer que ese hombre era el Mesías, Dios.
Todo lo que Dios quería de los hombres lo dijo en las Sagradas Escrituras, a través de los patriarcas, los jueces, los profetas y la historia de su pueblo. De muchas maneras habló Dios... y en estos días nos habló por medio de su Hijo (Heb 1, 1).
Dios no se aparece fisicamente a ninguna persona, ni todavía la Virgen ni los santos. La iglesia no obliga a creer en esas cosas en las apariciones.
Algunos escritores del AT y Santos dicen: "se me apareció el Señor y me dijo...". Es una forma de hablar. "A Dios nadie le ha visto nunca..." (1Jn 4,12).
Todos los hombres podemos tener experiencias personales muy intensas e interiores de fe. Explicar esa experiencias es algo difícil de contar y expresar.
Dios Padre puede conceder gracias especiales, incluso esa gracia de sentirlo intensamente. En todas las gracias que Dios concede resulta muy difícil saber si es un don de Dios o una ilusión que hace ver fantasmas. Sta Teresa mandaba dar doble comida a las monjitas que veían visiones.
Dice Pablo: en esta vida "vemos como en un mal espejo y en forma confusa" (1Co 13,12),"porque vivimos en esperanza, y ver lo que se espera ya no es esperar... si esperamos cosas que no vemos, con paciencia las debemos esperar" (Rm 8,24).
Por tanto las cosas que se cuentan en los medios de comunicación social son rigurosamente falsas. Cuando Bernardita o los niños de Fátima veían a la Virgen nada más que ellos la veían, los demás no. Ni siquiera en esos casos dice la iglesia que hubo apariciones, porque no tiene ninguna seguridad.
Esos fenómenos pueden servir para cambiar a las personas concretas o para renovar a la sociedad, y entonces se convierte en un fenómeno (difícil de calificar) del que se vale Dios para que nos convirtamos.
De todos modos, la psicología podría iluminar muchas de estas experiencias o fenómenos.