Jesucristo fue llamando a sus apóstoles.
Hacía muchos milagros.
Y con la fuerza de sus palabras atraía mucha gente para darles sus enseñanzas.
En el ámbito de intereses humanos, la convicción, el interés, el entusiasmo con que se realizan algunas tareas, logran buenos frutos.
Cuando todos los que cooperan en esa tarea, tienen la misma convicción, interés y entusiasmo, logran mejores resultados.
Ese entusiasmo, interés y convicción viene a comunicarse en los beneficiados.
Si nosotros en el ámbito de comunicar la fe lográramos una convicción, interés y entusiasmo semejantes, lograríamos mejores resultados.
Poniendo nuestra labor en manos de Cristo, nuestra labor sí puede conseguirlo.
A pesar del mundo con sus intereses hedonistas.