TU ME RECONOCES Señor, mi Dios, te doy gracias porque puedo ver en mí la propia necesidad y, por tanto, lo profundo de mi abismo ante ti. Precisamente por mi limitación vuelves tu rostro a mi ser para que pueda seguir viviendo Agradecido estoy de que sepa aspirar a tener un corazón y unas entrañas de hijo, aunque a veces mi conciencia tienda al acechante sinsentido. Me alegro, Señor, de que aquí y allí mis sentimientos de desamparo puedan trocarse en confianza, porque tu mano me empuja a seguir tu voluntad.

Presencia de Dios Lo que está presente en mí, es lo que influye en mi accionar. Medito sobre la constante Presencia de Dios, con su gran Amor hacia mí, en medio de tantas otras presencias que me alejan de El. Hago una pausa y rezo para que yo permita a Dios que guíe mis decisiones, en este preciso momento ...

El Señor es mi pastor, nada me falta en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. (...) Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del señor, por años sin término. (Salmo 22)

¡ Oh , Dios! que con amor paternal gobiernas el mundo, te rogamos que todos los hombres, a quienes diste un idéntico origen, constituyan una sola familia en la paz y vivan siempre unidos por el amor fraterno. El estilo de vida que llevamos hoy día nos está alejando de nosotros mismos, de la paz y serenidad interior, y, por ello, de Dios. Hoy más que nunca necesitamos pararnos y serenarnos. Y desde esa paz y serenidad recuperar nuestra realidad más esencial que se acerca a Dios y nos lleva hacia los demás.

Nada te turbe: nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. "No andéis agobiados por nada. En cualquier momento presentad a Dios vuestra oración de petición y acción de gracias con un corazón agradecido. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que os podéis imaginar, guardará vuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4, 6-7) Nada te turbe: nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene nada le falta. Sólo Dios basta.

Rey celeste, Espíritu Consolador, Espíritu de Verdad, que estás presenté en todas partes y lo llenas todo, tesoro de todo bien y fuente de la vida, ven, habita en nosotros, purifícanos y sálvanos, Tú que eres bueno.