Lección 12 para el 19 de diciembre de 2009

“A éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta de los nombres. A los más darás mayor heredad, y a los menos menor; y a cada uno se le dará su heredad conforme a sus contados. Pero la tierra será repartida por suerte; y por los nombres de las tribus de sus padres heredarán. Conforme a la suerte será repartida su heredad entre el grande y el pequeño”. Números 26:53-56

Contra toda normal cultural, Dios fue equitativo en los derechos de herencia. La heredad pasaba de padres a hijos. Si no tenían hijos, a las hijas. Si no había herederos directos, a los hermanos. Si no tenía hermanos, a los tíos. Y si no, al pariente más cercano. La tierra debía quedar siempre en posesión de la familia:

Moisés, antes de morir, se preocupó porque Israel tuviese un caudillo fiel que los introdujese en la tierra de Canaán y llevó su petición ante Dios. “para que la congregación de Jehová no sea como ovejas sin pastor” (Números 27:17) “Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor” (Marcos 6:34) Mostró por su pueblo la misma compasión que, siglos después, mostró Jesús ante la multitud.

Moisés no propuso al candidato, dejó la elección en las manos de Dios. ¿Por qué debía Moisés entregar el cargo a Josué a la vista de toda la congregación? ¿Qué significa la expresión “Y pondrás de tu dignidad sobre él” (Números 27:20) ? Moisés hablaba cara a cara con Dios, pero Josué no podía hacerlo. ¿De qué modo debía consultar Josué a Dios para dirigir la conquista?

Se recuerda a la nueva generación sus obligaciones religiosas.

Un voto es un compromiso que se hace ante Dios. Un juramento compromete nuestra palabra ante otras personas. “Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas” (Eclesiastés 5:5) “Así cantaré tu nombre para siempre, pagando mis votos cada día” (Salmo 61:8) ¿Debemos cumplir un voto aunque éste vaya en contra de la Ley de Dios?

“Lazo es al hombre hacer apresuradamente voto de consagración, y después de hacerlo, reflexionar” (Proverbios 20:25)

¿Cuánto daño podía producir la petición de las tribus de Rubén y Gad de quedarse al oriente del Jordán, sin pasar a la tierra prometida? ¿Cómo se resolvió esta situación?

“Al revisar nuestra pasada historia y recorrer cada paso de adelanto hasta nuestra presente situación, puedo decir: ¡Alabado sea Dios! Al ver lo que ha realizado el Señor, me lleno de asombro y de confianza en Cristo nuestro guía. Nada hemos de temer respecto del porvenir, a menos que olvidemos el modo como el Señor nos ha conducido”. Elena G. de White, Testimonios selectos, tomo I, pp