Quiero presentarles a una persona. No es una persona rica, ni de renombre. Lo único que se es que está enfermo. Y en base a unos síntomas tenemos que averiguar que le ocurre.
1 er síntoma Esta persona habla correctamente, no usa palabrotas, ni insinuaciones ni es grosero. Col 4:6; Ef 4:29 Es curioso como el simple hecho de la manera de hablar puede hacer una distinción tan grande entre esta persona y el resto.
2º síntoma Es una persona que siempre está ahí cuando se necesita. Es una persona involucrada en las cosas del Señor. Ro 12:11; Ecl 9:10; Col 3:22,23. Que buena es la diligencia. Porque no es una cosa de decir, sino que es una cuestión de hacer y demostrar.
3 er síntoma Es una persona que tiene buen testimonio para los hermanos y los de afuera. 1ª Tim 3:7; Hch 16:1,2; Buen testimonio. Los de fuera no pueden hablar mal de él, y los hermanos siempre hablan bien de él.
Lo que implica el lenguaje correcto Efe 4:29 siempre con gracia “sazonada con sal" para saber cómo debemos responder a cada uno No corrompida a fin de dar gracia a los oyentes buena para la necesaria edificación Col 4:6
Lo que implica la diligencia Ro 12:11Col 3:22,23 no perezosos fervientes en espíritu sirviendo al Señor no sirviendo al ojo con corazón sincero temiendo a Dios
Lo que implica el buen testimonio 1º Tim 3:7 Hch 16:1,2 ¿Qué dicen de mi? Los del mundo Los hermanos
El diagnostico Somos portadores de una “enfermedad” contagiosa. Ese “virus” tiene las siguientes capacidades: Nos mata. Nos resucita. Nos da la vida eterna. Este virus es la palabra de Dios y los síntomas de este virus es la influencia de ella en nuestras vidas, transformándonos en hijos de Dios, no por algo que se dice, sino por algo que se vive.
Conclusión Debemos esforzarnos en continuar padeciendo esta “enfermedad” Por nuestra salvación Por la influencia que con ella ejercemos en nuestros hermanos Y por la influencia que con ella ejercemos en las personas del mundo. Así que debemos ser consecuentes con la responsabilidad que tenemos.