SEMANA SANTA SEMANA SANTA 2 M 9 CATEQUESIS DOMINGO DE RAMOS

La Iglesia lo llama oficialmente “Domingo de Ramos” pero añadiendo “en La Pasión del Señor”

Este domingo es parte ya de La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo con su entrada triunfal a Jerusalén se desencadena definitivamente su persecución a muerte

La Iglesia quiere que mezclemos en este domingo el gozo y el dolor porque así fue en en la vida de Jesús amanhacen el bien Y así sucede también frecuentemente en la vida de aquellos que aman y hacen el bien

Jesús defendió al hombre contra la ley, lo dignificó más que al Templo y a las prácticas religiosas le abrió los ojos al pueblo frente a las injusticias de los sacerdotes sanó a los enfermos y sobretodo perdonó a los pecadores y les predicó a los pobres la esperanza del Reino y el amor del Padre y ahora termina condenado a mil tormentos y a la muerte

El Domingo de Ramos resume en una sola Celebración al Viernes Santo y al Domingo de Resurrección pero, mientras que en los 3 días últimos de la Semana Santa se celebra, cómo la MUERTE produce VIDA El Domingo de Ramos se celebra cómo “dar la vida” acarrea la muerte.

Muerte y Resurrección Vida y Muerte Morir por haber Salvado Morir para traer la Vida Eso es el Misterio Pascual

Por eso celebrar con alegría y dolor el Domingo de Ramos es la mejor manera de entrar en el espíritu pascual descubriendo cómo muchas veces el amor ocasiona la Muerte y la Muerte produce el amor

La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén es un anuncio anticipado de la Resurrección es un triunfo “profético” de Cristo por eso hay que celebrarla como fiesta por más que esté unida a la persecución y a la muerte La Entrada Triunfal y La Pasión es el “sí de amor” de aquel que sabe que esa declaración le va a traer pena y sufrimiento

Yendo obedientemente hacía la muerte, Jesús inaugura su regreso a la Gloria del Padre Inicia el camino de Pascua, el paso de la Muerte a la Vida Sembrándolo de flores y de signos de victoria porque la batalla estaba ganada antes de haber comenzado El Domingo de Ramos celebramos la Pasión y Muerte de Jesús, pero sabiendo y celebrando anticipadamente su triunfo.

La contradicción humana “¡HOSANA!” Y “¡CRUCIFÍCALE!” También se celebra La Pasión del Señor cuando muchos gritaron “¡crucifícale!” e hicieron que la decisión de Pilato se inclinara a hacerlo sufrir y condenarlo a muerte

Pero también podemos pensar en la incoherencia personal interna de todo ser humano Por lo que muchas veces decimos hoy un “si” que mañana es “no”, hoy bendecimos a Dios y mañana nos oponemos a sus deseos Somos como decía Jesús, una “generación adúltera” (Mt. 12,39) que hoy aseguramos que Él es el centro de nuestro corazón, nuestro único Dios y mañana tenemos muchos amores, muchos ídolos, por los cuales vivimos olvidándonos de Dios

Podemos decir que lo que hizo sufrir más a Jesús, no fue la Pasión como tal sino una de las causas de la Pasión: la infidelidad e ingratitud de un pueblo que se olvidó de lo que Él había hecho a su favor El decir hoy”¡Hosana!”y mañana “¡Crucifícale!” nos hace ver la historia de un pueblo que no había convertido todavía su ser entero al Señor Y ese Pueblo Rebelde es imágen nuestra

El Domingo de Ramos celebramos cómo finalmente Jesús acepta simbólicamente ser aclamado como Rey pero la lectura de La Pasión nos indica que es para servir, no para ser servido es para dar la vida por su pueblo Nos dice San Lucas que la gente a grandes voces gritaba: “¡Bendito el Rey que viene en Nombre del Señor!” En el Domingo de Ramos el gozo debe prevalecer sobre el sufrimiento

¿Cómo no gozar al saber que Dios mismo se ha hecho jefe y guía de nuestro pueblo y que Él va delante de nosotros abriéndonos paso? ¿Cómo no gozar al saber que Él nos va indicando el camino, que, aunque sea camino de espinas y muerte, es el camino de la Gloria? ¿Cómo no gozar si sabemos que Dios ha mandado a Jesús para salvarnos, aunque sea a través del sufrimiento?

Nosotros podemos gritar como Job: “¡Creo que mi Redentor Vive!” Hoy celebramos pues como Rey, a alguien que estuvo dispuesto a todo, “hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil. 2,8) por implantar entre nosotros el Reino de su Padre, Reino de verdad y de justicia, Reino de amor y de paz.

Él ya lo sabía claramente, pues había dicho a sus apóstoles: “estamos subiendo a Jerusalén y se va a cumplir lo que escribieron los profetas acerca del Hijo del hombre: ´lo entregarán a los paganos, se burlarán de él, lo escupirán; después de azotarlo lo matarán, pero al tercer día resucitará”(Luc. 18,31ss)

El Domingo de Ramos en La Pasión del Señor, no es un día de luto, sino de gozo; es domingo, y yy y el domingo siempre anuncia y celebra el final glorioso, la Resurrección Por eso, si nosotros no gritamos de alegría alabando a Dios, entonces, como dijo el mismo Jesús, “gritarían hasta las piedras”(Luc. 19,40)

La entrada a Jerusalén fue en Jesús un acto de obediencia activa, no de simple aceptación de un destino ciego que no podía evitar. Es el “Siervo Obediente” que camina hacia la muerte, pero al que por haber sido obediente, se le da un Nombre sobre todo nombre (cfr. Fil.2,7ss) En la procesión de Ramos debemos ir como Jesús, pensando en todo lo que nos pide nuestro Padre Dios a través del mismo Cristo y decidiendo, de veras, en lo más profundo de nuestro ser, ponernos en camino hacia donde Él quiere. REVIVIR LO QUE CRISTO VIVIÓ “CAMINAR HACÍA LA META FIJADA POR DIOS”

Jesús sabe que su Reino no es de este mundo y que su Padre no quiere que aproveche “su fuerza política” para dominar al estilo de los jefes de este mundo, sino que gobierne los corazones ganándolos con su Sangre (Lc. 22,20s) y “atrayéndolos al estar en la cruz entre cielo y tierra” (Jn. 12,32) En la procesión de Ramos queremos aclamar a Cristo como Él quiere realmente que lo aclamemos: como Rey y Señor de nuestros corazones Él no vino a quedarse en el anonimato y en el desconocimiento: Él vino a ser coronado Rey y lo dijo expresamente “Yo para eso nací y para eso vine al mundo” (Jn. 18, 37) Lo importante en este Domingo no es el momento en que se echa agua bendita a los ramos, si no el momento en que gritamos vivas y aclamaciones a Cristo Jesús

El Reinado de Cristo sobre la humanidad y sobre cada individuo es algo que todavía está en proceso, pues necesita una y otra vez nuestra “ratificación”, es decir, nuestra aceptación VOLUNTARIA Él quiere contagiarnos de amor, pues para eso ha venido: “para traer fuego y lo que quiere es que arda” (Lc. 12,49) Él no vino directamente a traer bienestar material y orden y paz y libertad política, Él vino a anunciar el amor y lo demás deberá venir como consecuencia de ese amor y no viceversa Hoy también Cristo sigue anunciando la destrucción de aquellos pueblos y personas que se cierran al mensaje que Él trae del Padre de los Cielos, a las exigencias de un amor que pide la renuncia de sí mismo; sigue sufriendo por el fracaso de aquellos que lo aclaman pero que no se convierten

Lo que celebraste llévalo a la vida Es tradición entre nosotros el que en muchos hogares se conserven durante algún tiempo en la puerta o en la ventana unas palmas que se llaman “benditas” Esa palma bendita que ves en tu casa o en la del vecino, tiene la bendición de Dios, no como un objeto mágico que te va a librar de todo lo malo que hay en este mundo Sino como una cosa a la que Dios le da la virtud, con su bendición, de recordarte muchas veces que debes ser fiel a Cristo, como una cosa que te dice que no seas traidor gritándole hoy a Jesús ¡vivas! Y mañana ¡crucifícale! Todos los que celebraron con palmas o flores la fiesta de Domingo de Ramos, con ellas aclamaron a Cristo como Señor de su vida y como Rey, Señor y Dueño de la historia y de las naciones

Ahora están allí las palmas benditas diciéndote: “haz que Jesús sea realmente Señor de tu hogar, haciendo que no sean tus caprichos, sino las enseñanzas de Jesús lo que sea la norma de tu vida Al ver un Ramo Bendito debes reanimar tu esfuerzo por trabajar a favor del Reino de Cristo