AVISO CURIOSO
Un oficio que desapareció con el avance tecnológico es que el que ejercían algunas señoras que tomaban puntos a las medias.
Sobre un vaso, ponían la media dañada y luego, con una aguja (a mi parecer), daban numerosas y rápidas puntadas para corregir defecto.
Otro oficio que yo creía desaparecido era el afamado zurcidor japonés,
pero un amigo me dice que en calle Arturo Prat hay uno funcionando. “Zucre -me dice-, pero no es japonés como algunos creen”.
Mientras pienso en esos letreros que ya no existen, como “Se toman puntos a las medias”, leo un curioso aviso en una tienda de Irarrázabal que me hace reflexionar en la gran cantidad de cosas que llevan nombres del cuerpo humano.
La camisa, por ejemplo, tienen cuello, puño. Las agujas y las papas tienen ojos. Los libros llevan lomo y pie.. De página.
Hay talones y lenguas en los zapatos, y también se habla de una mano de pintura. Una moneda tiene cara, y las tazas, orejas.
Ni hablar de los dientes, que no solo aparecen en las peinetas sino en varias cosas más. O la boca de lobo, que nos remite a la oscuridad…
La lista puede continuarse como un juego, pero el aviso que leí en esa tienda de Irarrázaval me dejó casi perplejo, porque, si bien yo había oído hablar del ombligo del mundo, jamás me imaginé que también una prenda íntima podría tenerlo.
El anuncio de marras decía: “Llegaron sostenes con ombligo”. Cierto pudor me impidió satisfacer mi curiosidad.