SPAN 3060 La descripción.
¿Qué es una descripción? Es una pintura hecha con palabras. Pretende “hacer ver” al lector un objeto, un paisaje, una persona: cualquier cosa visible; y “hacer sentir” una experiencia, una emoción, un sentimiento de quien describe. Según sean los escritos, la descripción puede contener la máxima objetividad o se puede teñir de la subjetividad del autor. La descripción se diferencia de la narración en que ésta cuenta sucesos que se desarrollan en el tiempo. Al describir, por el contrario, lo descrito se “inmoviliza” y se considera fuera del flujo temporal.
¿Qué debemos tener en cuenta al escribir una descripción? La selección de detalles: Muchos detalles el lector se aburre o se pierde. Pocos detalles la descripción da la sensación de incompleta. La selección de detalles también depende del propósito que tenga el escrito. Ejemplo: una autobiografía como parte de una solicitud de una beca para estudiar en Perú el próximo año no será igual que una autobiografía como parte de una solicitud para obtener el empleo de asesor(a) en un campamento para niños en España.
¿Qué debemos tener en cuenta al escribir una descripción? Incluir imágenes visuales y sensoriales: las imágenes pueden crearse con metáforas y con comparaciones (o símiles). Metáfora relación de esencia, igualdad entre los dos elementos. Comparación (símil) relación de similitud, “es como” Decidir si va a ser una descripción expositiva o argumentativa.
Nuestra querida amiga: la gramática. ¿Qué aspectos gramaticales debemos tener en cuenta al escribir una descripción? Los verbos ser y estar: en una descripción la distinción entre ser y estar puede ser de suma importancia. La forma verbal más común para las descripciones es el presente de indivativo. Los adverbios: de orden, duda, tiempo, lugar, cantidad, modo y frecuencia. La concordancia: Adjetivo debe concordar en número y género con el sustantivo que modifica. La posición del adjetivo antes o después del sustantivo que modifica también es importante. Sujeto debe concordar en persona y número con el verbo.
El retrato. Durante la Edad Media, se estableció un orden fijo para realizar el retrato corporal. Podía alterarse en algún punto, por supuesto, y ciertos rasgos podían faltar. El orden más o menos constante era el siguiente: 1.cabellos 2.frente 3.cejas y ojos 4.mejillas 5.nariz 6.boca 7.dientes 8.barbilla 9.cuello 10.nuca 11.espaldas 12.brazos 13.manos 14.pecho 15.talle 16.vientre 17.piernas 18.pies
Ejemplo: Juan Ruiz Arcipreste de Hita (siglo XIV). La cabeza no chica, velloso, pescozudo (10) el cuello (9) no muy luengo, cabel prieto (1), orejudo. Las cejas apartadas (3), prietas como carbón, el su andar enhiesto, bien como pavón, su paso sosegado y de buena razón la su nariz (5) es luenga, eso le descompón. Las encías (6) bermejas y la habla tumbal, la boca (6) no pequeña, labios (6) al comunal, más gordos que delgados, bermejos como coral, las espaldas (11) bien grandes, las muñecas (12) atal. Los ojos (3) ha pequeños, en un poquillo bazo, los pechos (14) delanteros, bien trefudo el brazo (12) bien complidas las piernas (17), el pie (18) chico pedazo. (Versión de María Rosa Lida)
Vocabulario. Pescozudo: de cuello abultado. Cabel prieto: cabello negro. Pavón: pavo real. Tumbal: como proveniente de una tumba. Al comunal: corrientes. Atal: del mismo modo. Bazo: moreno. Pechos delanteros: pecho prominente. Complidas: cumplidas, grandes. Chico pedazo: por antífrasis, “muy grande”.