2 MINUTOS DE SARCASMO
Él: No sé por qué usas sostén: No tienes nada que poner en él. Ella: Tú usas calzoncillos, ¿no?. ¿Y tienes algo que poner?.
Ella: ¿Cómo es que vienes a casa medio borracho?. Él: No es mi culpa. Se me acabó pronto el dinero.
Él: Cinco centímetros más, y sería un rey. Ella: ¡Cinco centímetros menos, y serías una reina!.
Escrito en la pared del baño de damas: Mi esposo me sigue a todas partes. Debajo: No es cierto, no lo hago.
Él: Salgamos a divertirnos esta noche. Ella: Buena idea. El que llegue primero, deja la luz de la entrada encendida.
Él: ¿Ensayamos una posición diferente esta noche?. Ella: ¡Buena idea! Tú te paras al lado de la mesa de planchar, y yo me siento en el sofá a ver la televisión.
Un matrimonio circulaba en su vehículo por la cordillera alpina sin decirse ni una palabra debido a una pelea que acababan de tener, y sin ninguna perspectiva de reconciliación. Mientras pasaban por una hacienda donde había varias mulas y cochinos. El esposo sarcásticamente preguntó: - ¿Familiares tuyos?. - Sí... mis suegros.
Un matrimonio estaba conversando: - Amor mío, ¿crees en el amor a primera vista?. - Lógico. Si te hubiera mirado dos veces, no me habría casado contigo...
¿Sabes querida? Cuando hablas me recuerdas al mar. - ¡Qué bonito! No sabía que te impresionara tanto... - No me impresionas... ¡me mareas!.
El marido le pregunta a su mujer: - Querida, ¿cuando me muera, vas a llorar mucho?. - Claro. Ya sabes que lloro por cualquier tontería.
Era verano y hacía mucho calor Era verano y hacía mucho calor. El marido sale del baño y le dice a su mujer: - Hace mucho calor y tengo que cortar el césped. ¿Qué crees tú que dirán los vecinos si salgo en pelotas?. La mujer lo mira y responde: - Que probablemente me casé contigo por dinero...
Dos caballeros que se movían muy deprisa en el interior de un hipermercado con sus carritos de compras se chocan. Y uno le dice al otro: - Perdóneme usted; es que busco a mi señora. - Que coincidencia, yo también. Ya estoy desesperado. - Bueno tal vez le pueda ayudar. ¿Cómo es su señora?. - Es alta, de pelo castaño claro, piernas bien torneadas, pechos firmes, un culo precioso, en fin muy bonita... ¿y la suya?. - Olvídese de la mía, vamos a buscar la suya.