“El precio del silencio” Miguel-A. 149 seg. M. Escobar)
Un matrimonio va con su hijo a un aeródromo, con el fin de que el niño, al dar un paseo aéreo por los alrededores, aprenda a amar su patria. Cuando llegan al aeródromo, el padre pregunta al piloto por el precio de la excursión durante una hora. El piloto contesta que cuesta mil euros.
- Oiga, usted -replica el padre-, ¿no nos podría cobrar menos? Tenga en cuenta que el viaje es para satisfacer una ilusión de nuestro niño. El quiere volar, y contemplar, desde arriba, la belleza de nuestros paisajes. - ¡Bueeeeno! Si es por eso, les haré un descuento. Les voy a cobrar solamente cien euros... pero con una condición: es que no digan ni una palabra durante el viaje. Si abren la boca, aunque sea una sola vez, les cobraré los mil euros completos.
Los padres aceptan las condiciones. Suben al pequeño avión, y comienza el viaje. El piloto pone en práctica todas las acrobacias aéreas que ha aprendido en veinte años de pilotaje: loopings variados, caídas en picado, volar cabeza abajo, y muchas otras... pese a lo cual, los pasajeros no dicen ni esta boca es mía.
Rendido, el piloto aterriza, y se dirige a la familia para felicitarla: - ¡Enhorabuena! ¡Son ustedes muy valientes! En todos los años que llevo como piloto, nunca nadie había aguantado mis piruetas sin lanzar al menos un grito. - ¡No crea, no! -respondió el padre-: ¡que a punto estuvimos de gritar cuando se nos cayó el niño!.