San Nicolás, nació en Patara, ciudad de Licia, en Turquía, Asia Menor.

Sus padres eran muy ricos pero murieron pronto y al heredar sus bienes los puso al servicio de los más necesitados.

Socorrió a los enfermos, compró la libertad de los esclavos, entregó en secreto dinero para dotes, etc.

Era muy feliz con su vocación de sacerdote y fue tan bueno, que todo el pueblo quiso que fuera el Obispo sucesor cuando las autoridades eclesiásticas se lo pidieron.

A pesar de que en su época todavía perseguían a los Cristianos aunque había salido una ley para que no lo hagan más, él sufrió la cárcel pero no se desanimó y fue ejemplo de muchos.

Su historia la conocemos por escritos de otros santos que lo conocieron, como San Crisóstomo, que nos cuentan cómo Dios obraba milagros a través de él.

Una vez oró por tres niños que habían sido muy lastimados y estaban moribundos abandonados en una cuba. En respuesta a sus oraciones Dios los sanó milagrosamente y el agresor se arrepintió por haberse dejado llevar por el mal espíritu. Por eso en las estampitas suelen estar los tres niños que fueron salvados.

Otra vez, unos navegantes estaban por naufragar pero se salvaron al invocar la intercesión de su querido Obispo San Nicolás. Por ese motivo también es protector de los navegantes.

También podía estar en varios lugares al mismo tiempo, como el Padre Pio, Martín de Porres y mucho santos más. Ellos se hacían presentes donde los necesitaban verdaderamente.

También se apareció en sueños a un juez que iba a condenar injustamente a tres inocentes y le advirtió del error que estaba por cometer. Entonces el juez los liberó.

La historia es más larga porque este hombre de Dios vivió como un verdadero cristiano haciendo siempre el bien.

En los países nórdicos lo llaman “Santa Claus” que es la abreviación de San Nicolás.

Y en Francia y otros lugares “Papá Noel” porque Noel quiere decir “Navidad” en francés.

Y lo llaman así porque en navidad se lo recuerda distribuyendo regalos a los niños, vestido con la ropa colorada de Obispo.

Era invocado en los peligros, naufragios, incendios y problemas económicos, consiguiendo éstos favores admirables por parte del santo.

Él vive y vivirá siempre en cada persona que lo imite con sus vestimentas o sin ellas.

Querido San Nicolás bendito, ruégale a Dios que nos libre de todo peligro del alma y del cuerpo, y que deseemos, como tú, ser cada vez más generosos y más buenos para poder conseguir los regalos celestiales que son eternos. Amén.

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