Siempre es más valioso tener el respeto que la admiración de las personas.
Nada es tan bajo y vil como ser altivo con el humilde.
La burla y el ridículo son, entre todas las injurias, las que menos se perdonan.
Nadie es lo suficientemente pequeño o pobre para ser ignorado.
No critiques a tus enemigos, que a lo mejor aprenden.
Si hablas mal, se hablará de ti peor.
En nosotros todo lo excusamos ; en los prójimos, nada ; queremos vender caro y comprar barato.
Una buena palabra no es fácil de decir. Una mala se escapa fácilmente Una buena palabra no es fácil de decir. Una mala se escapa fácilmente. Una vez soltada, parte a galope tendido y no regresa sino difícilmente.
Si en casa no maltratas a nadie, cuando salgas nadie te maltratará a ti.
Pasar la noche con la cólera de la ofensa vale más que pasarla con el arrepentimiento de la venganza.
Para juzgar y condenar a otro se necesita ser un santo.