Dulces vientos secretean sus rumbos A la princesa atenta a los susurros Clarividencia y privilegio de los dioses Del alto castillo ella preside el caos. No puede cambiar el destino A los súbditos, mundo, universo… Corazón de llantos y quebrantado Avergüénzase delante de la visión dantesca!. Alrededor del castillo, soldados en forma Aguardan la orden para la gloria! No hay orgullo en su semblante Tan poca alegría! Deja la mano en ademán al viento Con el mirar fijo en el horizonte… Se perdió en sus delirios… No hay más príncipe en el trono Apenas las verjas de la ventana! Tomarchio Gracias Con cariño…TARA.