Laura Tatiana Echeverri Mesa María Camila Piedrahita Londoño GRADO: 10ºA NUEVA GENERACION CUENTO ANIMADO MAGDA GALINDO
Hola me llamo Clodovea, quiero contarles como llegue a ser un personaje representativo en la literatura española. Todo se da en la edad media, me encontraba en mi feudo trabajando sin césar, para así organizar los alimentos que se enviarían a los caballeros y monjes.
Por mi lado se cruzó un apuesto hombre con brillante y pesada armadura, este se posó ante mí y me dijo: os podéis brillarme la armadura. Al mirarlo fijamente a los ojos, supe que en ese momento mi vida cambiaría por completo.
Me dirigí con el caballero a brillar su armadura, de repente nuestras miradas se cruzaron sentí como si me hubiera embarcado en un viaje hacia un lugar maravilloso donde todo es felicidad y libertad.
Este me dijo: Hola me llamo Dulcineo; sos una bella dama, me gustaría conocerte un poco más. Yo sabiendo que nuestra relación no podía ser, a causa de nuestras diferencias sociales, Salí corriendo de allí. Pero este no era el único problema, me dada pena que él se diera cuenta de que yo no sabía hablar ni escribir, ya que los campesinos en esos tiempos no nos enseñaban ningún léxico.
Después de varios días el apuesto caballero siguió buscándome, pero yo siempre huía de él. Un día me encontraba en la bodega de almacenamiento de alimentos, este estaba allí, comenzó a hacerme preguntas. Cansada de tanta insistencia decidí responderle, cogí un lápiz y un papel y empecé a dibujarle los problemas por los cuales no podía hablarle.
Dulcineo comprendió las causas, sin embargo me hizo una propuesta – Te enseñaré a hablar y a escribir a escondidas de toda la sociedad- yo acepte, pero de todos modos me dada miedo pensar en las consecuencias que traería. ¡Te enseñare a hablar y escribir!
Todos los días Dulcineo y yo hacíamos un viaje hacia lo profundo del bosque, allí este me enseñaba el idioma latín, luego que aprendí a hablar, me enseñó a leer y a escribir. Un día estábamos sentados debajo de un árbol, yo escuche un grito - Que hacen ustedes ahí – Al voltear vimos que era el monje Gabriel, este nos prohibió volvernos a ver y nos advirtió que si nos veía juntos nos mandaba a la horca. Decidimos alejarnos el uno del otro.
Al transcurrir el tiempo me di cuenta que me había enamorado del hermoso Dulcineo.
Tome la decisión de luchar por lo que sentía, busque al caballero y le comenté mis sentimientos, este me dijo que sentía lo mismo por mí y llegamos al acuerdo de huir juntos, lejos de las opresiones.
El 30 de marzo Dulcineo y yo emprendimos un largo viaje, pasamos de provincia en provincia enseñando el latín a los campesinos. De este modo se puede reflejar la influencia que tuve en la literatura española, ya el tiempo y las personas se han encargado de evolucionar el idioma y transformar las palabras.
Los dos vivimos felices por siempre.