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Tal vez hayas sentido alguna vez como que Dios no necesita de ti. Pero,recuerda:
Noé se emborrachaba, Abraham era muy viejo, Isaac era un soñador, Jacob era mentiroso,...
Leah era fea, José fue abusado, Moisés era tartamudo, Gedeón era miedoso,...
Sansón tenía el pelo largo y era mujeriego, Jeremías y Timoteo eran muy jóvenes, David fue adúltero y asesino, Elías tenía un temperamento suicida,...
Isaías predicó desnudo, Jonás huyó de Dios, Nohemí era viuda, Job estaba en bancarrota,...
Pedro negó a Cristo, los discípulos abandonaron a Cristo, Marta se preocupaba por todo, la mujer samaritana era divorciada, más de una vez,...
Zaqueo era muy pequeño, Pablo era muy religioso, Timoteo tenía úlcera... ¡Y Lázaro estaba muerto! Aún así, ¡¡¡Jesús los llamó a todos!!!
Así que, ¡No más excusas! Dios te necesita con TODO tu potencial.
Además, tú no eres el mensaje, solo el mensajero...
En el plan del Amor de Dios, Él quiere utilizar todas tus capacidades...
Pero, hay cosas que necesitas saber y “gustar”:
La felicidad depende de tu entrega generosa. Nada ni nadie podrá ofrecerte el amor incondicional de Jesús. Tienes que haber asumido que él es el Creador y tú su criatura. Saber que eres único e irrepetible para Dios. La fe te abrirá horizontes de esperanza insospechados. Dios espera de ti una confianza sin límites.
Colaborar en la construcción del Reino, ¿en qué misión más sublime puedes invertir tus talentos?
La oración es fuente de paz y fortaleza. Trato de amistad. Sin ella ¡ imposible conectar con la Fuente de Vida¡
Colaborar en la construcción del reino es la misión más admirable en la que puedes colaborar Amar, servir. Dar la vida es lo que da sentido a nuestra existencia
Breve es la vida, vale la pena darle su auténtico sentido de eternidad.
Dios se merece TODO lo que somos y hacemos. Cuando se lo damos no hacemos más que devolverle el don que nos dió.
Es el Hijo el que está iluminando tu vida y te necesita a ti, para completar su obra.
“ Muchos son los llamados y pocos los escogidos”
Vive con sencillez, ama generosamente, El resto, déjaselo a Dios.
“Dios no se da del todo, sino al que se le da del todo” Teresa de J