LLEVALACRUZLLEVALACRUZ Por : Noris Capín PORLASENDAPORLASENDA DE LA VIDA
La cruz del Señor fue un objeto pesado y macizo.
Peso que encorbaría nuestras espaldas, si la tuviéramos que llevar sobre nuestros hombros; como lo hizo Jesucristo.
Cuando pensamos en nuestra propia cruz, debemos honrar al Señor, para observar Su sufrimiento en el Calvario. “Vengan a mi, todos ustedes, yo los haré descansar.” Mateo 11:28-30
Cuando se medita sobre la cruz, pensamos, que es imposible llevarla a cuestas; por la senda de la vida.
Debemos comprender el significado justo, de la cruz de nuestra existencia.
Especialmente, cuando deseamos olvidar los problemas y los agravios; ya que es imposible pensar que el peso lo podemos cargar, con dignidad y fortaleza.
La cruz de nuestra vida, es el perfecto artefacto que nos límita, intimida y nos lleva al quebranto físico.
Si bien, la veracidad del madero sólo se comprende con sacrificio y amor. La mayoría de las veces, rechazamos nuestra cruz con hastío e intolerancia.
Al entender lo que representa la cruz de todos los días, debemos llegar más lejos, observar con verdadera persistencia los puntos adversos y trabajar favorablemente, con los dolores y las desiluciones que llevamos dentro del alma.
Encontraríamos pues, una respuesta básica y fundamental, la cual desviaría el rechazo impávido que tenemos a la cruz de todos los días.
Cruz que se define como indeseable y abrumadora, peso devastador que deteriora el alma, y destroza el corazón.
Sin embargo, cuando pensamos que la cruz es una victoria y un triunfo ante la muerte; entendemos la resurrección de nuestra vida.
Lo cual implica caminar en desafío; contra todos las injusticias y dificultades, que suelen azotar nuestra vida.
Al abrazar nuestra cruz, demos gracias a Dios, porque nos prepara a ser humildes de corazón; al dar un valor sustancial al propósito y la voluntad de Dios en nuestra vida.
La cruz de nuestro Señor Jesucristo nos guía, y nos purifica.
Al enterder esto, podríamos llevar nuestra carga con valentía, fortaleza y humildad. Honrando a Jesús a través de Su propia cruz.
“ En cuanto a mi, de nada quiero presumir sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo.” Gálatas 6:14
“Se lo llevaron injustamente, y no hubo quién lo defendiera; nadie se preocupó de su destino. Lo arrancaron de esta tierra, le dieron muerte por los pecados de mi pueblo.” Isaías 53:8 “-Si alguno quiere ser discípulo mío, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame.” Lucas 9:23
Te doy gracias Señor, por la cruz de todos los días. Gracias, Señor porque me enseñas a cargar ese pesado madero con valor y perseverancia; por la senda de la vida. Amén