Volver quisiera al Belén familiar de mi infancia, tiempo lejano, que ojalá fuera también presente, y un futuro fraternizado, para traerte, Niño Jesús de mi alma, árboles, montes y ríos de plata. Volver quisiera al Belén familiar de mi infancia, tiempo lejano, que ojalá fuera también presente, y un futuro fraternizado, para traerte, Niño Jesús de mi alma, árboles, montes y ríos de plata.

Te traería desiertos, pastor y majadas. Nieve también traería en cumbres pintadas, y un mundo infantil a colores envuelto en manojo de estrellas cortadas al alba. Te traería desiertos, pastor y majadas. Nieve también traería en cumbres pintadas, y un mundo infantil a colores envuelto en manojo de estrellas cortadas al alba.

La gente traería, con sus penas y llantos, sus cuitas y amores, y un mundo universo traería, para ponerlo ferviente en oración a tus plantas, con un jarrón de claveles. La gente traería, con sus penas y llantos, sus cuitas y amores, y un mundo universo traería, para ponerlo ferviente en oración a tus plantas, con un jarrón de claveles.

A cambio, yo sólo te pediría que escampe la niebla, del resentimiento, del odio y la envidia. A cambio, yo sólo te pediría que escampe la niebla, del resentimiento, del odio y la envidia.

Entonces, seguramente, amanecería la paz, la esperanza, el amor, sobre el Belén contingente de la Historia en construcción -del mundo universo y el mío-. Entonces, seguramente, amanecería la paz, la esperanza, el amor, sobre el Belén contingente de la Historia en construcción -del mundo universo y el mío-.

Acepta, te ruego, mi ofrenda, humilde y sincera, Cristo Niño de mi alma. Acepta, te ruego, mi ofrenda, humilde y sincera, Cristo Niño de mi alma.

Este es mi rezo, mi canto, mi anhelo, es mi plegaria ferviente, al recordar aquel lejano Belén de mi infancia, Niño Jesús de mi alma, al llegar la Navidad. Este es mi rezo, mi canto, mi anhelo, es mi plegaria ferviente, al recordar aquel lejano Belén de mi infancia, Niño Jesús de mi alma, al llegar la Navidad.

A cambio, yo sólo te pediría que escampe la niebla, del resentimiento, del odio y la envidia. Entonces, seguramente, amanecería la paz, la esperanza, el amor, sobre el Belén contingente de la Historia en construcción -del mundo universo y el mío-. Acepta, te ruego, mi ofrenda, humilde y sincera, Cristo Niño de mi alma. Este es mi rezo, mi canto, mi anhelo, es mi plegaria ferviente, al recordar aquel lejano Belén de mi infancia, Niño Jesús de mi alma, al llegar la Navidad. Juan Manuel del Río Belén de mi infancia Volver quisiera al Belén familiar de mi infancia, tiempo lejano, que ojalá fuera también presente, y un futuro fraternizado, para traerte, Niño Jesús de mi alma, árboles, montes y ríos de plata. Te traería desiertos, pastor y majadas. Nieve también traería en cumbres pintadas, y un mundo infantil a colores envuelto en manojo de estrellas cortadas al alba. La gente traería, con sus penas y llantos, sus cuitas y amores, y un mundo universo traería, para ponerlo ferviente en oración a tus plantas, con un jarrón de claveles.