Mónica Isla Oyarzún

*Señal de la Cruz.

MANIFESTARNOS QUE NOS QUEREMOS * Introducción: Vamos a comenzar este tiempo de oración pensando en cómo nos hemos manifestado el amor y el cariño en nuestra familia desde la semana pasada hasta hoy.

*Reflexión:. En una tribu del sur de África, cuando alguien hace algo perjudicial o incorrecto, llevan a la persona al centro de la aldea y toda la tribu viene y la rodea para durante dos días le dicen “todas las cosas buenas” que haya hecho. Esta tribu cree que cada ser humano viene al mundo como un ser bueno, deseando seguridad, amor, paz y felicidad; pero que a veces, en la búsqueda de esas cosas, las personas cometen errores; errores que la comunidad ve como un grito de socorro. Entonces la tribu se une para levantarlo; para reconectarlo con quien es realmente, hasta que él se acuerde totalmente de la verdad de la cual se había desconectado temporalmente: “Yo soy bueno.” SAWABONA es un saludo usado en el sur de África y quiere decir: “Yo te respeto, yo te valoro y tú eres importante para mí.” En respuesta, las personas contestan SHIKOBA, que es: “Entonces, yo existo para ti.”

* Para la Reflexión Personal: Y nuestra familia, cuando alguien hace algo malo, ¿cómo reaccionamos?... ¿Qué enseñanza nos puede estar dejando la costumbre de esta tribu africana?... *Reflexión: En nuestra familia nos queremos, pero a veces sin querer y con el desgaste de la convivencia, vamos reduciendo nuestros signos de cariño hasta que casi se quedan en nada. Es evidente que nos queremos, que estamos juntos, nos ayudamos, sufrimos, compartimos... pero qué poca sal le echamos a la vida y qué poco cuidamos el amor.

La costumbre de esta tribu africana nos puede hacer ver que no todo mal acto de un miembro de nuestra familia tiene que ser causa de enfrentamiento, sino que puede ser una llamada de alerta para prestarle más atención y cariño, porque lo necesita, porque está sufriendo o tiene problemas. Y esto es muy cierto,especialmente, con los hijos adolescentes.

Nuestro amor tiene que ser mayor que nuestros enojos, nuestro amor tiene que ser mayor que los deseos que tenemos en que el otro sea como nosotros queremos, se comporte como queremos,... Y sobre todo, nuestro amor lo hemos de demostrar en gestos físicos y en palabras que transmitan nuestros sentimientos, especialmente en los momentos difíciles.

Dios nos ha regalado un corazón para sentir, ¡y cuántos sentimientos se nos van quedando callados! Por eso, Dios es el primero que nos invita a no seguir mudos en nuestros hogares y a manifestarnos más que nos queremos, que nos valoramos, que somos importantes los unos para los otros y nos queremos respetar. No dudemos que contamos con su ayuda en esta tarea.

Compartamos con Dios sobre cómo nos manifestamos el cariño en nuestra en familia, sobre todo en los momentos difíciles, y si necesitamos su ayuda se la podemos pedir con fe. *Compartir lo Orado

*Señal de la Cruz.