Esencias antiguas en vasijas de barro (7)

San Ignacio de Antioquía clip

cruelmente martirizado siendo emperador Trajano. Para santo, san Ignacio, de la sede de Antioquía, cruelmente martirizado siendo emperador Trajano.   Una carta a los efesios camino de Roma escribe. Según tradición antigua fue oyente del apóstol y evangelista san Juan.

Sale al paso de herejías: docetista y ebionita. Si el docetismo negaba la parte humana de Cristo, éstos su divinidad con ahínco rechazaban.  Bienaventurada Iglesia es su iglesia bienamada la que está en Éfeso de Asia grandemente bendecida.  En cadenas desde Siria así es como se presenta a combatir con las fieras en el cruel circo de Roma.

hombre bueno en Jesucristo para cuidar de los fieles A Onésimo deja obispo hombre bueno en Jesucristo para cuidar de los fieles y del santo presbiterio.   A vivir en armonía con el Dios de Jesucristo y también con los obispos a cada uno le implora.  De estar todos tan unidos con la Iglesia en Jesucristo y con Jesucristo al Padre a todos les felicita.

Pan de Dios es la oración al juntarse a rezar dos, cuánto más si en comunión el obispo es con la Iglesia.   A los de Éfeso alaba por vivir en la verdad al tiempo que en guardia pone contra los hombres perversos que son como can rabioso mordiendo siempre a escondidas.  Donde hay hombres carnales no hay obras espirituales, por eso es preciso ser enteramente de Dios.

Yo me ofrezco en sacrificio por la Iglesia y por vosotros, soy víctima expiatoria, dice con llanto en los ojos. Vosotros sois piedras vivas del templo eterno del Padre, y la cruz de Jesucristo palanca para ir al cielo. Orad sin desfallecer y sed humildes y mansos.

Por Cristo cadenas llevo, son perlas espirituales, con ellas resucitar con todos los santos quiero.  Iniciados habéis sido en los misterios por Pablo, él ya recibió el martirio y ahora es bienaventurado.  

Poned empeño en juntaros ojalá frecuentemente, y dad a Dios alabanza en constante acción de gracias.   No, no es lo que cuenta, no, la profesión de la fe sino guardarse hasta el fin en la fuerza de la fe. Para aquellos que no creen gran escándalo es la cruz mas para todos nosotros es la salvación, la luz.

Desde Esmirna os escribo, dando gracias al Señor, acordaos de mí en Cristo, yo rogaré por vosotros.   Rogad por la Iglesia en Siria, de donde soy conducido a Roma, y encadenado; último soy de los fieles pero soy juzgado digno de servir a Jesucristo. Me despido en el Dios Padre y en el Señor Jesucristo, nuestra común esperanza.

Este ha sido san Ignacio gran obispo de Antioquía trigo limpio en Jesucristo, trillado todo en sus eras para ser harina nueva en el pan de Eucaristía. Juan Manuel del Río