La estancia de Jesús de Nazaret en este mundo no ha pasado inadvertida, ha sido tanto el impacto, que ha dividido los tiempos.

Se ha descrito en los evangelios como fue su nacimiento, su vida y la forma como murió. Si algo no se comenta es porque no tiene importancia, sin embargo bien sea para bien o para mal Jesús es y ha sido comentado a través de los siglos.

La muerte de Jesús fue trágica y al nombrar tal suceso inmediatamente se relaciona con la tristeza y el horror de su muerte en la cruz, pero... no te has parado a pensar ¿por que Jesús murió de esta manera? ¿cual fue la finalidad? ¿como influye en nosotros? ¿nos interesa para algo un hecho tan lejano en el tiempo?

Jesús de Nazaret manifestó con sus hechos que fue diferente a nosotros en todo momento, por donde pasaba los enfermos se sanaban, los muertos resucitaban, hablaba con una sabiduría jamas escuchada, llego a caminar sobre el mar, a calmar sus tempestades, multiplicó panes y peces para dar de comer a la multitud que le seguía, sabia las intenciones de los que le rodeaban, con todo esto quería pasar desapercibido.

En los evangelios no se refiere a ninguna fecha que de pie para establecer algún día festivo, nunca vivió con riquezas ni opulencia. Ya con todo esto es de pensar que Jesús fue un personaje con poder para deshacer el mal. Jesús siendo Dios, se hizo como nosotros y conoció perfectamente en carne propia los padecimientos de la raza humana.

Al ser humano le es imposible superar la muerte, estamos limitados por el tiempo, mas Jesús el príncipe de la vida, en aquella oportunidad resucito de entre los muertos porque el gran enemigo de Dios es la muerte.

Lo maravilloso es que el Señor Jesús sigue actuando hoy en los corazones de los que le buscan mediante su Santo Espíritu, de esta manera pueden superarse los temores a la muerte, al futuro, al fracaso o a las enfermedades, aquí esta el todo, creer o no creer.

La raza humana no tiene la perfección que tiene Dios y al tener desde el principio la libertad para escoger quiso estar libre de Dios y deseó conocer el bien y el mal, a partir de aquí la humanidad está separada de Dios y tiene toda la libertad de hacer y deshacer a su antojo, el único detalle esta en que sus acciones no tienen el equilibrio preciso que tiene Dios,

y por eso en estos momentos vivimos un desbalance en todo, en la convivencia, en la salud, en la familia, en la educación, en los derechos humanos, en la política, en la economía, en la climatología, hasta en los inventos a todo nivel.

Como consecuencia de todo esto sufrimos a lo largo de nuestra vida.

Afortunadamente a pesar de toda esta problemática mundial, tenemos la dichosa esperanza que consiste simplemente en creer que Jesús vino a este mundo por amor, para reconciliarnos con Dios, muriendo por culpa de nuestras imperfecciones, de esta manera podemos tener acceso a lo perfecto, a Dios, donde ya no habrá desequilibrio ni limitación en el tiempo.