EL QUE COMENZÓ EN VOSOTROS LA BUENA OBRA, LA PERFECCIONARÁ HASTA EL DÍA DE JESUCRISTO…

M I JARDÍN

Una vez, hace mucho tiempo, un regalo recibí; mi Señor me dijo dulcemente: “ este regalo es para ti”. Lo miré largamente: era un hermoso jardín .

Pero con el correr del tiempo mi jardín olvide. Los afanes de la vida Me alejaron de el. Pasó mucho, mucho tiempo; Nunca mas lo recordé.

Las malezas lo cubrieron, gruesas y nudosas raíces se entrelazaban en el; se convirtió en una selva intrincada, con espinos por doquier. Oscura y tenebrosa : amenazante, cruel.

La aldaba de mi puerta sonó. Pero ocurrió que un día La aldaba de mi puerta sonó. Yo escuché el llamado. Lentamente, abrí .

¿que haz hecho con tu jardín? Y allí parado, Estaba mi Señor; Me miró tristemente, Y con dulce voz me dijo : ¿que haz hecho con tu jardín?

Yo me volví sorprendida ¡No podía hacerlo pasar A mirar mi jardín . Mis ojos se abrieron Y realmente lo ví Tal cual era : Feo y brutal. Me encogí avergonzada. No supe que decir. ¡No podía hacerlo pasar A un lugar así!

El me dijo : mi querida, vé a limpiarlo, para ayudarte estoy aquí El me dijo : mi querida, vé a limpiarlo, para ayudarte estoy aquí. Yo entré corriendo. No sabía por donde empezar. Me hería las manos. Me lastimaba los pies. La espalda me dolía, mi garganta era hiel.

Mi jardín se fue limpiando; Las malezas desaparecieron, Pero, poco a poco, Mi jardín se fue limpiando; Las malezas desaparecieron, Los espinos los corté, Emparejé la tierra Y brisnas de verde pasto Comenzaron a nacer.

Y una dorada luz lo cubrió, Los rayos del sol Lo entibiaron, Y una dorada luz lo cubrió,

Mariposas alegres llegaron Y el trino de los pájaros En cada rincon Se escuchó.

Florecieron rosas, jazmines Y azahares Y un dulce perfume Lo envolvió. Volví a la puerta Y ahí estaba, sonriente, y me dije: “Que paciente es mi Señor “.

De un increíble esplendor. Se sentó en un banco, Le abrí de par en par, y , Lentamente entró, Llenándolo todo De un increíble esplendor. Se sentó en un banco, Junto a un jazmín en flor, Y a sus pies, plácidamente Me senté yo.

El acariciaba mis cabellos, Y me hablaba tiernamente, De la humildad , Del perdón ,del amor.

Que El nos lleve de la mano, De la tierra prometida En donde El Padre Está esperando Que El nos lleve de la mano, Liberados.

¡ Que grandiosa perfección La de su amor! Que felicidad infinita da ¡Que gloriosa paz La que reinaba.! ¡ Que grandiosa perfección La de su amor! Que felicidad infinita da Su presencia. Que Gracia incomparable Poder escuchar su silenciosa voz.

¡Nunca más permitiré que se vaya! Cuidaré con esmero mi jardín. Todavía hay algunas Espinas, Desgraciadamente es así, Pero El me sonríe y me espera, Y me ayuda A sacarlas de allí. fin