Lectio divina del Salmo dominical Domingo III de Adviento (Domingo Gaudete) Is 61,1-2a.10-11: Desbordo de gozo con el Señor. Lc 1,46-50.53-54: Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador. 1Ts 5,16-24: Que vuestro espíritu, alma y cuerpo sea custodiado hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. Jn 1,6-8.19-28: En medio de vosotros hay uno que no conocéis.

Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

de generación en generación. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones. Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel su siervo acordándose de la misericordia.

Se alegra mi espíritu en Dios mi salvador.

Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… Magníficat Lc 1, 46-55 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? El texto de hoy no es un salmo sino un cántico evangélico. Nos lo transmite el Evangelio según san Lucas, en el capítulo 1º, versículos 46 al 55. La alegría del alma en el Señor Cántico de la Santísima Virgen

Lectio ¿Qué dice el texto? El Cántico de María –en el contexto de la visitación a su prima Isabel- nos muestra el fruto maduro de la lectio de la Santísima Virgen. El canto comienza citando expresamente el Cántico de Ana (1Sm 2, 1-10), y toma de él, aunque omitiendo todo lo que de desprecio y altanería tiene, el tema básico de la maternidad (v.5), los contrastes: poderosos y humildes, ricos y pobres (vv. 5. 7. 8), el vuelco de la situación y el gozo de la celebración (v. 1), la santidad de Dios (v. 2), el fijarse en la humildad y pequeñez (v. 11), el Dios de Israel (v. 17). Y continúa con una filigrana de reminiscencias de la Palabra de Dios, el Antiguo Testamento, que tanto escuchó, oró y guardó en su corazón la Madre del Señor. Esto lo podéis comprobar si tomáis vuestra Biblia y vais leyendo los paralelos bíblicos que se señalan al margen del Cántico. ¡Fijaos cuántos salmos! María oró con los salmos.

Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Aunque la 1ª lectura del profeta Isaías se suele aplicar al Mesías –el mismo Jesucristo la hace suya al inicio de su ministerio- qué bien resuena también en labios de María, Ella es la llena de gracia, plena del Espíritu Santo. Por eso, cantamos: “se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador.

Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. “Porque el Señor ha mirado la humillación de su esclava.” Dios mira a los pobres y pequeños, ¡las bienaventuranzas son para ellos! ¿Cooperamos al advenimiento del Reino?

Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. “Su nombre es Santo, Él hizo proezas con su brazo” Tanto la Virgen como Juan el Bautista lo tienen muy claro: el Señor es el centro. Ellos nos muestran al Cristo que ha de venir. No confundamos la Madre con el Hijo ni la voz con la Palabra.

Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. María al concebir al Hijo de Dios se transforma en ese suelo y jardín fecundo que anuncia Isaías. Por eso, el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, porque en María nos has enseñado a alabar tu grandeza manifestada en tu misericordia y fidelidad. Haznos mansos y humildes de corazón para que la paz y la justicia sean una realidad que, empezando por nosotros, desborde al mundo entero. Amén.

Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… “El alma de María en verdad que engrandece al Señor, y su espíritu se regocija en Dios; porque consagrada en alma, espíritu y cuerpo al Padre y al Hijo, venera con piadoso afecto a un solo Dios, de quien son todas las cosas. Que el alma de María esté en todas las cosas para engrandecer al Señor; que el espíritu de María esté en todas las cosas para regocijarse en el Señor. Si según la carne una sola es la Madre de Cristo, según la fe el fruto de todos es Cristo. Porque toda alma concibe el Verbo de Dios, si, inmaculada y exenta de vicios, guarda su castidad con pudor inviolable.” (San Ambrosio de Milán, Comentario al Evangelio según san Lucas)

Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… ¡Alegraos en el Señor!