Miguel-A. País de locos “Indecisiones”
Un señor, de mediana edad, llevaba, aproximadamente, una hora sentado en la barra de un bar de carretera mirando, ensimismado, su copa sin atreverse a beberla.
Un camionero, alto y fuerte, después de tomar un par de cervezas y charlar animadamente con los otros clientes del bar durante cuarenta minutos, habiéndose percatado de la indecisión y meditabundo silencio de su vecino de barra, le arrebató la copa de las manos, y se la bebió de un trago.
El pobre hombre se echó a llorar desconsoladamente, y el camionero le consoló diciéndole: - Vamos, buen hombre, no se preocupe, que era sólo una broma. Ahora mismo le pido al camarero otra copa para usted. Yo invito.
- No, si no es eso -respondió- - No, si no es eso -respondió-. Verá, es que hoy ha sido el peor día de mi vida: primero, por un atasco, llego tarde al trabajo, y me despiden. Luego, al llegar donde había dejado el coche, veo que me lo había llevado la grúa. Tomo un taxi, y cuando voy a pagarlo, observo que me han robado la cartera. Llego a casa, y veo a mi mujer en la cama con mi mejor amigo. Y, encima, ahora, después de una hora de indecisión, cuando por fin me había decidido a terminar con todo... ¡llega usted, y se toma mi veneno!.