El matrimonio signo del amor de Dios por la humanidad Juan Pablo II

QUE SE UNAN EN NUESTRA ACCION ESTAMOS CELEBRANDO 40 AÑOS DE MATRIMONIO POR ESTE MOTIVO LES AGRADECEMOS QUE SE UNAN EN NUESTRA ACCION DE GRACIAS A DIOS .

La vida de familia es vida de entrega por los demás

Por habernos mostrado el camino del AMOR. GRACIAS, SEÑOR Por habernos mostrado el camino del AMOR. Por habernos dado la gracia de comprender que el Sacramento del Matrimonio es un vínculo sagrado, para “Toda la vida” y que es posible con el apoyo y la gracia de Dios. Por habernos amado tal cual fuimos y somos, porque hemos crecido juntos, madurado y habernos aceptado y apoyado en las diferentes etapas que hemos pasado en el transcurso de nuestras vidas

GRACIAS, SEÑOR Por habernos amparado en las dificultades Por el regalo de los cuatro preciosos hijos. Por habernos fortalecido cuando fue necesario. Porque comprendimos que el amor crece en medio de las dificultades cotidianas, en las penas y en las alegrías.

GRACIAS, SEÑOR Porque los años no lograron que la rutina, que todo lo oxida, entrara en nuestro hogar. Porque cada palabra que dijimos al dar nuestro parecer, tarde o temprano, fue escuchada, dándonos mutuamente la razón. Porque aprendimos a respetar nuestros espacios. Nuestros gustos, nuestras aficiones… Porque, cuando alguna vez dijimos “No aguanto más”, fue sin sentirlo ni admitirlo en el corazón.

El matrimonio, como el hogar, es hoguera de amor, donde cada uno es leño que se quema por los demás miembros de la familia.

¡¡“POR DIOS QUE VALE LA PENA”!! GRACIAS, SEÑOR Por haber valorado más las virtudes que los defectos de cada uno, y que cuando dejamos de luchar por cambiarnos en nuestra manera de ser, creció el amor y, sin darnos cuenta, comenzamos a agradarnos mutuamente. Porque comprendimos que el matrimonio es darse por entero, que las reservas no sirven, que todo cuesta, que nada es fácil, pero… ¡¡“POR DIOS QUE VALE LA PENA”!!

GRACIAS, SEÑOR Porque en el nuevo regalo que quisiste darnos, es decir en el Sacramento del Orden, en el grado del Diaconado permanente, vimos claramente tu predilección por nuestro matrimonio, por la familia, orientado en beneficio de tu comunidad eclesial.

El matrimonio es una vocación que hay que agradecer a Dios diariamente. El matrimonio debe ser cuidado y preservado de los ataque de tantos enemigos que quieren acabarlo. Cada uno sabrá con mucha humildad qué lado será el que más debe ser protegido. Saber desde el noviazgo que una vida de solo miel, “comiendo perdices…” es solo un cuento. La vida del matrimonio ha de llevarse con los pies muy firmes sobre la tierra , teniendo el corazón en el cielo.

Que en el matrimonio vendrán luces y sombras… y que en pareja pueden ser manejadas con la ayuda de Dios, con amor, sin egoísmos. Durante la vida matrimonial y familiar, las sombras se podrán convertir en luces.

Isabelita:

Cuando tantos años han pasado y nos encontramos en el umbral del otoño de nuestras vidas, cuando los hijos ya han definido el sendero de sus propias vidas, y nos volvemos a encontrar como al comienzo, no podemos más que dar gracias a Dios de todo corazón por habernos dado la oportunidad de amar y ser amados. 6 de marzo de 2011

Gracias por orar por nosotros. 6 de marzo de 2011