Curso “El Credo a la luz de la Biblia” Año de la fe Los primeros “credos” 28/09/2012

TIENES QUE CREER Pueda ser que tal vez hoy no tengas lo que tanto has soñado. Que el camino es muy largo y la vida se te pasa volando. Y lo intentas, e intentas, y dices ¿cuándo llegaré? // TIENES QUE CREER, TODO ES POSIBLE ANTE ÉL, NO MIRES HACIA ATRÁS VE CON FE, TE AYUDARÁ. // (2) Has reído, llorado y has dicho “viviré hasta lograrlo”. Cada día es una ocasión para seguir luchando. No te rindas confía en Él te llevará de su mano. // Y verás, sí lo lograrás, ten fe, has nacido para vencer, pon tu mirada en Él. // (2)

¿en qué crees? En Dios. En nuestra fe. En la Virgen. En la Biblia. En la oración. En los milagros. En revelaciones. En los ángeles. En los santos. En la resurrección. En la Palabra de Dios. En la salvación. En la Iglesia. En el bautismo.

TODOS CREEMOS, PERO… Nosotros tenemos cierta educación religiosa, pero la mayoría no. Es alarmante la ignorancia religiosa de muchos católicos, lo cual aprovechan las sectas y los enemigos de la Iglesia. Se vive un cristianismo irreflexivo, “light”, “cuando me nace”, automático.

LA GRAN URGENCIA HOY Necesitamos conocer nuestra fe para darla a conocer y el Credo sintetiza nuestra fe.

Jesús sentó las bases del Credo con su predicación, su enseñanza es verdadera y condición para salvarnos (Jn 14, 6 y 3, 16). Tras tres años (aproximados) de predicación le dieron muerte y resucitó, lo cual más que poner término a su doctrina, la certifica como verdadera y le da impulso a sus seguidores. Jesús ni escribió ni mandó que escribieran su doctrina. Sí ordenó que la divulgaran (Mt 28, 18-20). LA BASE DEL CREDO

PRIMERA PREDICACIÓN DE PEDRO San Lucas narra un discurso de Pedro (el primero o de los primeros) donde expone algunas de las verdades fundamentales de nuestra fe, un credo chiquito (Hch 2, 22- 24.32-36). Pedro no inventa, Lucas tampoco. Esa es la misión que recibieron de Jesús.

PRIMERA VERDAD DE FE “Oh virgen Santa María, escondida y callada entre la multitud, que solamente rompiste tu silencio para decir “Haced lo que Jesús os diga”, ayúdales a todos los evangelizadores a enseñar siempre, no lo que a cada uno se le ocurre, sino lo que Cristo dice…” (Juan Pablo II, 1980, ante la imagen de Nuestra Señora de La Aparecida, patrona de Brasil). Lo que primero predicaron los apóstoles fue la muerte, resurrección y ascensión de Jesús. Lo cual es una verdad de fe (1Co 15, 13-14).

LA IGLESIA DE JESÚS La Iglesia fue fundada por Jesús, la dirección quedó a cargo de los doce apóstoles, encabezados por Pedro (Mt 16, 18). Seguramente la pregunta que se hicieron fue ¿qué tenemos que enseñar? La doctrina de Jesús, su vida, sus milagros, sus enseñanzas. Seguramente sintieron la necesidad de poner por escrito todas aquellas memorias y lo hicieron. Comenzaron a circular entre los predicadores aquellas notas de testimonios verídicos, las cuales llamaron “Memorias de los Apóstoles”. Eran credos chiquitos. De esas predicaciones sobre Jesús se seleccionaron las verdades fundamentales de nuestra fe.

La primera iglesia cristiana La primera comunidad (Iglesia) cristiana se estableció en Jerusalén (Hch 1, 12-16). Después de Pentecostés, y gracias a la predicación, dicha comunidad fue creciendo (Hch 2, 41 y 4, 4). Y formaron una comunidad especial (Hch 4, 32).

SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES Aunque los creyentes continuaban participando de la vida colectiva del pueblo de Israel, se apartaron poco a poco de la sinagoga de los judíos y, todavía más lentamente, de la observancia de la Ley Mosáica y del Templo de Jerusalén. Sin darse cuenta, quizá, adquirían conciencia y forma de una comunidad nueva. Había que establecer un código de verdades de fe más importantes enseñadas por Jesús. Según la creencia de los Padres de la Iglesia, los doce apóstoles formularon el llamado Símbolo de los Apóstoles.

CRECIMIENTO DE LA IGLESIA La hostilidad contra la naciente Iglesia crecía día a día. El Sumo Sacerdote de los judíos acusó a los apóstoles de haber llenado a Jerusalén de su doctrina a pesar de habérselos prohibido. Trataron de matarlos… pero Gamaliel, un fariseo respetado, aconsejó que los dejaran libres (Hch 5, 38-39). El resultado fue el crecimiento de la Iglesia (Hch 6, 7).

PERSECUSIÓN Y DISPERSIÓN Lo cual disgustó a algunos fariseos y retomaron la idea de perseguir y matar a los predicadores cristianos (Hch 7, 8-14 y 54-58). Como arreció la persecución, los discípulos salieron de Jerusalén, se dispersaron por Judea y Samaria. Así la doctrina de Jesús se extendió en muchos lugares y su credo se repetía para grabarlo en el corazón. Ojalá cada vez que repitamos el Credo, lo hagamos con profunda devoción y vocación.