Exaltación de la Santa Cruz Domingo 24 del Tiempo Ordinario Ciclo A
Del Evangelio de San Juan 3,13-17 En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Del Evangelio de San Juan 3,13-17 Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él." Palabra del Señor
Tiene que ser elevado el Hijo del hombre ¿Cuál es esa cruz? Pero no sólo existe la cruz de Cristo, también existe tu cruz Pero no sólo existe la cruz de Cristo, también existe tu cruz La cruz no es un vestido, ni un par de zapatos, que te deben venir a la medida. La cruz desgarra, magulla, araña, arranca la piel, aplasta, doblega... La que no te va bien, ésa es precisamente la tuya. Tampoco a Cristo le iba bien su cruz. No le fue bien la traición de Judas, el sueño de los apóstoles, la conjura de sus enemigos, la fuga de los amigos, las negaciones de Pedro, las burlas de los soldados, el grito feroz del pueblo.
¿Aceptas las pequeñas contrariedades de cada jornada por amor a Jesús? ¿Agradeces todo lo que recibes a lo largo del día? ¿Pides la ayuda del Señor para afrontar cada situación? ¿Pides perdón al Señor por los fallos que cometes?
Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba la culpa y no los destruía: una y otra vez reprimió su cólera, y no despertaba todo su furor. Él, en cambio, sentía lástima, perdonaba la culpa y no los destruía: una y otra vez reprimió su cólera, y no despertaba todo su furor. Salmo 77 Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas mentían: su corazón no era sincero con él, ni eran fieles a su alianza. Lo adulaban con sus bocas, pero sus lenguas mentían: su corazón no era sincero con él, ni eran fieles a su alianza. No olvidéis las acciones del Señor. No olvidéis las acciones del Señor.