EL PARAÍSO (PERDIDO) ENCONTRADO
Puedes buscarlo en las mas altas montañas, en valles de aventura, partiendo solo como logro de superación humana, y el paraíso en verdad estará allí, pero seguirás buscando…
Lo buscarás también en la gran ciudad, en lo mas integrado en lo urbano, con tus logros empresariales, en contacto con tantas oportunidades; y el paraíso también estará allí, y seguirás buscándolo…
Lo buscarás en el calor de la amistad, la que siempre está cerca, en la unión del amor como gran regalo y en la solidaridad hacia tus compañeros del camino. Y todavía no será suficiente.
Sentirás por momentos el paraíso perdido inmerso en plena naturaleza, la que nunca defrauda; y aún y todo seguirás buscando…
Te acercarás a los templos, a los lugares sagrados, en la oración, en la meditación, y percibirás muy de cerca el paraíso, que en realidad está también aquí y sin embargo seguirás necesitando algo más.
Tal vez lo busques en el centelleante mundo de la noche, con su sonido y su libertad, y por momentos también sentirás que el paraíso perdido lo tocas con los dedos de tu mano rasgando una guitarra, y al mismo tiempo su rápida fugacidad…
Serás un buen padre, una excelente madre, te superarás continuamente, y en algunos momentos llegarán a ti los premios de tu dedicación sin horas libres. Y en lo profundo de tu ser seguirás anhelando el encuentro con el paraíso.
Pero un día especial, sentirás una luz diferente en tu interior, “algo” te habrá encontrado para nunca dejarte ya, habrás encontrado el paraíso perdido, el que nunca perdiste, el que nunca se calma, el que vive en la profundidad de tu ser, y entonces podrás sonreír de agradecimiento.
Te habrás convertido en servidor de la humanidad desde el lugar en el que te encuentres, haciendo lo que hagas; y desde ese momento no tendrás un momento de parada porque todo tu quehacer se sucederá por sí solo, casi sin tu intervención y reconocerás el sabor del paraíso.