...A.A. le dice a todo verdadero bebedor: “Usted es miembro de A.A. si usted lo dice... nadie puede impedírselo”. DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, Pag. 147 DOCE PASOS Y DOCE TRADICIONES, Pag. 147
Durante muchos años, cuando se reflexionaba sobre la Tercera Tradición (“El único requisito para ser miembro de A.A. es querer dejar de beber”), me parecía ser de valor solamente para los principiantes. Les servía como garantía de que nadie les podía excluir de A.A. Hoy me siento profundamente agradecido por el desarrollo espiritual que esta tradición me ha traído. No voy buscando a la gente claramente diferente a mí. La Tercera Tradición que hace resaltar la única forma en que la gente y yo nos parecemos, me ha hecho posible conocer y ayudar a todo tipo de alcohólico, quienes igualmente me han ayudado a mí. Carlota, una atea, me enseñó un más alto criterio del honor y de la ética; Carlos, que es de otra raza, me enseñó la paciencia; Patricio, un homosexual, me conducía por su ejemplo a la verdadera compasión; la joven María dice que al verme en las reuniones, con treinta años de sobriedad, le hace seguir volviendo. La Tercera Tradición aseguraba que se satisfaría lo que necesitábamos -los unos a los otros.