La alegría de la renovación espiritual Neh 8:1-12

“La costumbre es el enemigo del hombre; renovarse en lo que se puede cambiar es el secreto de una vida plena”

Introducción El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y difícil decisión.

A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas gruesas. Volar se hace ya tan difícil. Entonces, el águila tiene solamente dos opciones: morir o enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días.

Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego debe esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas.

Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.

Esdras y Nehemías guiaron al pueblo de Israel a una profunda renovación espiritual. No sólo había que reconstruir las murallas de Jerusalén, sino también había que reconstruir sus propias vidas espirituales, su propia relación con Dios, su propia comprensión de que eran el pueblo elegido por Dios. Las renovaciones son dolorosas porque tenemos que quitarnos viejas costumbres a las que nos habíamos habituado; tenemos que renunciar a viejos pecados de los cuales nos habíamos encariñado; tenemos que dejar de pensar y practicar acciones que nos habían gustado.

Estamos en un momento en el que es necesario hacer un alto en el camino y renovar nuestros votos, nuestra devoción y nuestro compromiso con el Señor. Te invito a que consideremos los elementos de aquella memorable renovación y los apliquemos a nuestras propias experiencias.

“Para renovarnos espiritualmente requerimos de:” I. Una convocación en unidad, Neh 8:1 “y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras el escriba que trajese el libro de la ley de moisés”.

El asiento vacío en la iglesia “... serás echado de menos, porque tu asiento estará vacío”. 1Sam 20:18 El asiento vacío habla con elocuencia. A pesar de que su mensaje no es agradable, todos lo pueden oír.

Al predicador el asiento vacío le dice: "Tu sermón no vale". Al que visita la iglesia, le advierte: "Ya ves, vamos perdiendo terreno". Al nuevo que busca una iglesia donde asistir: "Vale más esperar a ver lo que pasa aquí". Al tesorero de la iglesia: "¡Cuidado! Habrá un déficit!" A los miembros presentes les aconseja: "Ustedes también pueden ausentarse el domingo próximo".

A los verdaderos fieles les aconseja: "Trabajen, inviten, oren, llenen esos asientos vacíos". El asiento vacío testifica contra los cultos. Mata la inspiración, ahoga la esperanza. Aleja el celo y es un peso desanimador para toda la iglesia. Por otro lado, el asiento ocupado es como las alas del águila, es un estímulo, es un incentivo y una inspiración al predicador y a toda persona que ama al Señor Jesús.

“Para renovarnos espiritualmente requerimos de:” II. Una consideración de la Palabra de Dios, Neh 8:2-3 “Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos los que podían entender. Y leyó en el libro delante de la plaza, desde el alba hasta el mediodía”.

Hace algunos años, un artículo titulado "El escándalo del analfabetismo bíblico" alarmó a los lectores de la revista Cristianismo Hoy (Christianity Today). El autor, Dr. Richard Lyon Morgan, ofreció los resultados de unos exámenes tomados a un grupo de estudiantes de primer ingreso de Preparatoria asociada con una denonimación evangélica.

Las preguntas formuladas eran tan elementales como: "¿Dónde nació Jesús?", "¿Cuál es el primero de los cuatro evangelios?", "Nombre alguna de las epístolas de Pablo", etc. El promedio de respuestas correctas fue sólo del diez por ciento, y el más alto de todos dichos promedios alcanzó sólo el 34 por ciento.

“Para renovarnos espiritualmente requerimos de:” III. Una concentración en el mensaje divino, Neh 8:5-6 “Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de todo el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron a Jehová inclinados a tierra”.

“Para renovarnos espiritualmente requerimos de:” IV. Una convicción en la misericordia de Dios, Neh 8:9-10 “Nehemías, Esdras y los levitas dijeron al pueblo: Día santo es a Jehová; no os entristezcáis, ni lloréis; pues todo el pueblo lloraba al oir la ley. Luego les dijo: Id, comed grosuras, y bebed vino, y enviad porciones a los que no tienen; no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza”.

Conclusión Hace algunos años un hombre y su esposa, que estaban visitando California, decidieron dar un paseo por las playas al sur de San Francisco. Era la primera vez que veían con sus ojos el Océano Pacífico y, al igual que Vasco Núñez de Balboa varios siglos antes, quedaron cautivados por su esplendor.

Sin embargo, en ese día en particular, estaba sucediendo algo que le restaba belleza a aquellas aguas plateadas que lavaban las blancas playas. Cantidad de vegetación oceánica, maloliente y en descomposición aparecía amontonada a lo largo de la playa. Los residentes de la zona afirmaban que era algo que sucedía todos los años en esa época. Lo llamaban "la renovación del océano". Es la manera que el océano tiene de purificarse, de purgarse a sí mismo de elementos indeseables y echarlos a las playas. Es un fenómeno necesario para la vida del océano.

Todo organismo necesita un tiempo de purificación, de purgarse a sí mismo de elementos innecesarios y dañinos y así empezar de nuevo. Los mares y océanos se renuevan y muchas especies de animales experimentan su anual cambio o muda, bien sea plumas, pelo, piel, etc.

Las iglesias y los miembros de ellas también necesitamos un tiempo así, y solemos llamarlo "avivamiento". Se han intentado muchas veces definir lo que es un avivamiento, pero quizá la mejor manera de entenderlo es como renovación. El avivamiento es un tiempo de evaluación de nuestra vida y de considerar lo que no nos está ayudando ni beneficiando. El avivamiento auténtico viene cuando los vestigios malolientes de nuestra vida de pecado son lanzados a las playas del altar de Dios. El avivamiento sigue inmediatamente después.

El verdadero avivamiento, el avivamiento que viene del Señor sólo se genera a partir de una intimidad con Dios. Nehemías experimentó un avivamiento a partir de su vida de oración; una oración que se dio en intimidad y confesión delante del Señor. Ezequiel visualizó un avivamiento en el pueblo de Israel a partir de la unción del Espíritu Santo sobre los cuerpos que alguna vez fueron huesos secos; una unción que vino de parte de Dios. Dios quiere que nosotros experimentemos la alegría de la renovación espiritual; todo está dispuesto para ello: la palabra de Dios, la acción del Espíritu Santo, la obra de Cristo.

Lo que falta es tu decisión Lo que falta es tu decisión. ¿Quieres experimentar la alegría de la renovación espiritual en tu vida?