La Biblia En una tarde de invierno, en la que llovía mansamente sobre las calles desiertas, Juan estaba aburrido en la habitación de un pequeño hotel .
Después de haber comprobado que no había fútbol en la tele, que el hilo musical no funcionaba y que el mueble-bar ya estaba agotado, se puso a hojear la Biblia que había sobre la mesita de noche.
De repente se animo y descolgo el teléfono. - ¿Recepción? = Buenas tardes, señorita. ¿Tienen el horario de trenes? - Pues no, lo siento! = No importa, gracias. Por cierto, ¡qué voz tan agradable tiene usted!. Me pregunto a qué hora termina su turno...
Juan, echando mano de toda su labia, convence a la telefonista para que se tome una copa en su habitación. La telefonista sube y después de la copa se enrollan y terminan en la cama.
Después de hacer el amor, la telefonista, con ojos risueños, dice: - ¡Quién me iba a decir a mí que iba a terminar en la cama contigo! Si apenas nos conocemos... = Pues yo ya lo sabía. Está escrito en la Biblia. ¿En la Biblia? ¡Qué me dices! ¿En qué capítulo? Y ¿En qué versículo? Jajaja = No, no, aquí en la primera página, escrito a bolígrafo:
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