27/F/2010-27/F/2011 Les contaré una historia, la mía, al cumplirse ya un año del Terremoto 8.8 que afectó a Chile.
A un año… Luego del Terremoto del 27/F, fue clausurado por daños estructurales severos el edificio en que vivía con mis dos hijos (desde el 23-12-2009). Todavía no podemos regresar ni habitar nuestro departamento, pero debemos seguir pagando dividendo al banco, así como arriendo por el lugar donde estamos residiendo ahora.
A un año… Tendremos que seguir esperando.
A un año… Tendremos que seguir esperando.
A un año… Una foto mía.
A un año… Mi nombre es José Miguel Casanueva Werlinger. Vivo en la ciudad de Concepción-Chile, y tuve más fortuna que mi abuelo alemán, quien murió en Tomé para el Terremoto de 1939 junto a sus dos hijos menores.
A un año… Tendremos que seguir esperando.
A un año… Muchas cosas han cambiado luego de la experiencia vivida, pero a la vez se han afianzado en mí las perspectivas que iluminan la verdadera naturaleza de lo que nosotros denominamos “realidad”.
A un año… No sabemos lo que sucederá mañana con nuestra fugaz vida individual, pero sí reconocemos en ciertos principios y valores la vía para ayudar a construir una sociedad humana justa y pacífica.
A un año… Tendremos que seguir esperando.
A un año… Gracias por leer mi historia, ciertamente que una más entre tantas similares. Pero la mía tiene algo que me emocionará siempre. Mis hijos tuvieron la opción de trasladarse a otra ciudad más segura, pero decidieron quedarse junto a mí cuando la incertidumbre predominaba en Concepción.
A un año: 27/F/2010-27/F/2011 ¡Salud, Amor y Libertad!