La Odisea Canto IV
es difícil para un hombre mortal sujetar a un dios
va a llegar Eos, la que nace de la mañana
Poseidón, cogiendo con sus manos el tridente, golpeó la roca y la dividió…
Helena, la divina entre las mujeres.
Unas veces deleito mi ánimo con el llanto y otras descanso, que pronto trae cansancio el frío llanto.
¡Cuántas cosas inefables!, el asombro me atenaza al verlas.
Y mientras caminaba, mi corazón agitaba muchos pensamientos.
¡Ojalá Zeus nos quite de la pobreza para el futuro!
y no aparecían los vientos que soplan favorables, los que conducen a las naves sobre el ancho lomo del mar.
…y se nos vino la divina noche…