Santidad: Os ruego que continuéis siendo uno más entre nosotros, con vuestra sencillez, con vuestra mirada inquieta, con vuestro amor hacia todo lo humano.

Santidad: Os ruego continuéis con la cartera en vuestra mano, como el estudiante que viene de la clase de Jesús.

Santidad: Os ruego que vuestra sonrisa, llena de complicidad, gane la calle como Cristo ha ganado vuestra alma.

Santidad: Os ruego que vuestro amor por nosotros sea tan grande, que os veamos como a uno más, saludando sereno, esperando un hasta pronto.

Santidad: Oe ruego aceptéis el magisterio de vuestro antecesor en la silla de Pedro y que nos lo transmitas con la misma sencillez con la que nos dices “buenas noches”.

Santidad: Os ruego que sigáis la orden del Maestro. Sólo Él puede salvar este mundo y ha puesto en vos su mano para que realicéis su milagro.

Santidad: Os ruego que nos habléis con palabras sencillas. Cristo, sólo empleó una vez la palabra FE: «Hombres de poca fe, por qué teméis». Creo que quiso decirles «¿No creéis que yo puedo salvaros de la tormenta?»

Santidad: Os ruego devolváis la Paz, la Libertad y el Amor, a la tierra que os vio nacer, que llevamos tan adentro en nuestros corazones y que sentimos hoy tan alejada de nosotros.

Santidad: Os ruego que no olvidéis a estos fieles para que su ánimo no vaya decayendo con el paso del tiempo.

Santidad: Os ruego que continuéis con la limpia y humilde mirada de vuestra presentación.»

Santidad: Os ruego que vuestra oración sea siempre la única arma de la Iglesia para calmar nuestros agobiados corazones.

Santidad: Os ruego que vuestra sonrisa no desparezca jamás de vuestro rostro. Da amor, da alegría, da esperanza, marca el camino de Dios.

Santidad: Os ruego que uséis las galas de la liturgia sólo en momentos como este. Os vemos más nuestro vestido del blanco de la pureza y con la cruz de hierro en vuestro pecho.

Santidad: Os ruego que vengáis al encuentro de vuestros hijos siempre que vuestro trabajo y vuestra salud os lo permitan. ¡Os necesitamos tanto!

Santidad: Os ruego que, aun sabiendo el peso que Jesús ha puesto sobre vuestros hombros, no desfallezcáis jamás. También os ha dado vuestro amor a su obra y nosotros somos parte de esa obra..

Santidad: Os ruego que vuestra bendición caiga constantemente sobre nosotros, sobre nuestra pequeñez y nuestra miseria.

Santidad: Os ruego que aceptéis mi pobre agradecimiento por vuestra humilde inclinación ante el pueblo de Dios al pedirnos nuestra oración.

Santidad: En el nombre de Dios QUE ASÍ SEA