¡Aquí estoy Yo, para consolarte!
¡Dios mío, me duele! ¡Lo sé!
¡Para eso es que te di lágrimas! ¡he llorado tanto! ¡Para eso es que te di lágrimas!
¡Por eso es que te di el brillo del sol! ¡estoy tan deprimida! ¡Por eso es que te di el brillo del sol!
¡Por eso es que te di a seres queridos! ¡la vida es tan dura! ¡Por eso es que te di a seres queridos!
¡mi ser más querido murió! ¡El mío también!
¡Vi al mío clavado en una cruz! Es una pérdida ¡tan grande! ¡Vi al mío clavado en una cruz!
¡pero tu ser más querido vive! ¡El tuyo también!
Dios mío: ¡duele, ah, cómo duele! Lo sé… ¡pero me tienes a Mi, en Mi encontrarás paz y consuelo!
Jesús le dijo entonces: -Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera vivirá. (Juan 11, 25).