Ahí se fueron mis lágrimas, que absorbieron la tierra. Esa tierra que han pisado quienes realmente merecen llamarse hijos de la Patria. Aquellos que una vez lucharon y aquellos que hoy luchan y merecen pisar la Patria que los vió nacer. Atrás, quedó el cielo azul inmenso, donde se posaron seguro, los ojos del Libertador, dando paso hoy a aquellos, a quienes no merecen llamarse "Ejército forjador de Libertades". Ellos, han deshonrado a los venezolanos, que entregaron su vida por su Patria. EN UN LUGAR DE MI PATRIA, ME SENTÉ Y LLORÉ...

Por aquellos, que hoy no pueden volver, para enseñarles lo que significa, valentía y nobleza... me senté y lloré......Ahí se fueron mis lágrimas, por aquel pueblo luchador, que en pie dio el ejemplo de no permitir jamás, que la opresión lograra apalear el corazón, de aquel que lleva la Libertad en la mente, y la lealtad de los valores plasmadas en el espíritu luchador.

Es más grande el bozal de aquel que compra con la miseria, la dignidad de un hombre que un día juró defender y proteger el suelo que pisa, que le dio la oportunidad de ser quien es. Es más terrible aún, cuando aquel que se dice patriota negocia sus principios por un puñado de oro, que se desvanecerá en las manos, cuando la maldad de lo que hace, le toque a la puerta

Permitirle al despotismo invadir nuestra vida, y darle entrada al mal comunista, es casi igual que abrirle las puertas de nuestra casa, y permitir que se lleven a nuestros hijos. Porque, aunque velemos por nuestro espacio más pequeño, estamos permitiendo que el mal rodee alrededor y poco a poco invadirá, hasta llegar a los que más queremos.

Mi patria está herida en las entrañas, está siendo día a día destruida en sus riquezas, en sus valores, en sus principios democráticos, ante la desidia y la indiferencia de sus hijos, aquellos que están siendo domados, por intereses, por apatía, por sinverguenzura.

Me senté y lloré por esta tierra hermosa, no digna de aquellos que hoy honran al enemigo de la Patria, de aquellos que negocian los principios democráticos que heredamos, de aquellos que llamándose así mismo líderes de cualquier bando, sólo cuidan su ambición personal, pisoteando el sentir del pueblo.

De la ausencia en las venas de aquellos que son humillados, vejados y voltean la mejilla, para recibir la misma HUMILLACIÓN del otro lado.

En un lugar de la Patria, me senté y lloré por mis hijos, por todos los hijos de mi País, por aquellos cuyas mentes están siendo envenenadas de odio, y cuyo futuro se vislumbra pisoteado por una bota, y una boina roja, sin futuro, y sin prosperidad personal

Me senté y lloré por aquellos que una vez lo dieron todo, y hoy se encuentran tras las rejas, sin ser recordados. Me senté, y lloré por TODOS LOS QUE ESTAMOS PERDIENDO LA PATRIA, Y NO NOS QUEREMOS DAR CUENTA.

Cuando ya no quedaban más lágrimas, miré al Cielo... si... ese mismo bajo el cual vivió Bolívar... ese que con orgullo cobijó a los hombres y mujeres que lucharon por dejarnos una Patria libre, y pensé:

mientras haya un luchador, capaz de dar su vida y afrentar su seguridad por darle a sus hijos una Patria libre, habrá esperanzas... Mientras haya en esta tierra un solo Venezolano capaz de ver el mal y alzar su voz, habrá esperanzas...

Mientras, haya uno solo de nosotros, aunque en algún lugar del camino, se siente y llore, para luego levantarse y seguir por el sendero que nos lleve a recuperar los principios y valores de Libertad que hemos perdido... habrá esperanzas.

"A veces sentimos que lo que hacemos es sólo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota".