NACIMIENTO DE JESÚS Un Salvador para la humanidad Mat 1:23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

INTRODUCCIÓN Los ángeles se habían maravillado del glorioso plan de redención. Con atención miraban cómo el pueblo de Dios iba a recibir a su Hijo, revestido con el manto de la humanidad (DTG, 30). La nación judía había sido conservada como testigo de que Cristo había de nacer de la simiente de Abrahán y del linaje de David; y sin embargo, no sabía que su venida se acercaba. (DTG, 30). En tales condiciones venia el salvador al mundo, donde ni siquiera había un lugar para el nacimiento del Mesías.

JESÚS LA ÚNICA ESPERANZA Mat 1:21 Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. (RV60) Mas Dios entregó a su Hijo unigénito para que hiciese frente a un conflicto más acerbo y a un riesgo más espantoso, a fin de que la senda de la vida fuese asegurada para nuestros pequeñuelos. “En esto consiste el amor.” ¡Maravillaos, oh cielos! ¡Asómbrate, oh tierra! (DTG, 33)

JESÚS LA ÚNICA ESPERANZA Cambió la historia de la humanidad, cambió al hombre y le dio una nueva esperanza. El pequeño infante de Belén, anunciado por los ángeles a los pastores, y por éstos visitado, se convirtió en el centro de atención de personas humildes y poderosas.

VIENEN A VER A JESÚS El evangelio de Mateo relata que los magos que vinieron de Oriente a Jerusalén, tal vez de Babilonia, recorrieron una enorme distancia para vivir la más dichosa experiencia de su vida: ver a Jesucristo recién nacido (Mt 2: 1-12). La palabra mago aquí es empleada para designar «hombres de diferentes clases cultas. No eran magos en el sentido que entendemos actualmente. Sin embargo, esos «magos» no eran magos en el sentido como hoy se entiende. «Ellos eran nobles de nacimiento, educados, ricos e influyentes» (Comentario Bíblico Adventista, v.5, pág. 293).

JESÚS AL ALCANCE DE TODOS El cielo y la tierra no están más alejados hoy que cuando los pastores oyeron el canto de los ángeles. La humanidad sigue hoy siendo objeto de la solicitud celestial tanto como cuando los hombres comunes, de ocupaciones ordinarias, se encontraban con los ángeles al mediodía, y hablaban con los mensajeros celestiales en las viñas y los campos. Mientras recorremos las sendas humildes de la vida, el cielo puede estar muy cerca de nosotros. Los ángeles de los atrios celestes acompañarán los pasos de aquellos que vayan y vengan a la orden de Dios. ( DTG 32.2; DA.48.5 )

YO IRE HABLAR DE JESÚS