Mantener la unidad familiar requiere esfuerzo por parte de cada uno de los miembros que componen la familia. Una unidad sólida requiere que cada uno haga uso de estas claves:

Por supuesto, esto es plenamente aplicable al núcleo familiar. “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3:28) La unidad con Cristo provoca cambios prácticos que se manifiestan en una nueva manera de vivir (Romanos 6:22; 2 Corintios 5:17). La Cruz de Cristo elimina las barreras que separan a las personas entre sí. Cuanto más cerca estemos cada uno de nosotros de Jesús, más cerca estaremos los unos de los otros. Por supuesto, esto es plenamente aplicable al núcleo familiar. Cuando Jesús ocupa el lugar central en el corazón de cada uno de los miembros de la familia, puede existir unidad entre esposo y esposa, entre padres e hijos, entre hermanos, etc.

El Nuevo Testamento usa la palabra griega ágape para expresar tanto el amor de Dios como el amor que nosotros debemos tener. Este tipo de amor va mucho más allá del amor físico o del amor filial. Es un don del Espíritu Santo (Romanos 5:5). Al compararte con la descripción del amor ágape de 1 Corintios 13:4-7, ¿qué cambios deberías hacer en tu vida? Coloca tu nombre en los recuadros que preceden a cada frase para descubrirlo:

A causa del pecado, el egoísmo es inherente a cada ser humano desde su mismo nacimiento. “Si se pusieran a un lado el orgullo y el egoísmo, cinco minutos bastarían para eliminar la mayoría de las dificultades” (Elena G. de White, Primeros Escritos, p. 119). Pablo nos insta a imitar el ejemplo de humillación de Cristo (v. 4-8). Esto es algo que solamente podremos conseguir arrodillados al pie de la Cruz.

Los que aman a Dios son llamados a someterse unos a otros Los que aman a Dios son llamados a someterse unos a otros. Pablo pone tres ejemplos concretos de sumisión: Primeramente, en Cristo la sumisión es recíproca. En segundo lugar, existen condiciones a esta sumisión: Esto era, precisamente, lo que se esperaba de estas personas en su tiempo. ¿Qué hay de novedoso en el consejo de Pablo? ¿Cómo lo aplicarías hoy?

Cada familia comienza con un compromiso. “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24) Cada familia comienza con un compromiso. Este compromiso se extiende, en distintos niveles, al resto de la familia: La falta de compromiso causa problemas y divisiones en la familia (piensa en José y sus hermanos). Un compromiso firme crea lazos familiares estables y duraderos, como ocurrió entre Noemí y Ruth.

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